En nuestra entrada anterior mencionamos lo ocurrido el pasado 3 de Septiembre a las 1:35pm en Galewood, Chicago. En lo que solo puede describirse como un acto atroz, un feto humano fue abandonado a su suerte en el cálido asfalto de la tarde.
Mencionamos también que tanto los líderes políticos como los dioses de la mitología griega y romana mostraban toda clase de vicios y debilidades. Lejos estaba la noción de un “Dios santo” o un “Dios justo”, en su lugar imperaba la violencia (Cronos castró a su padre) la lujuria (Zeus tuvo esposas pero también tuvo amoríos con múltiples mujeres) la venganza (Poseidón buscó venganza contra Odiseo ya que este asesinó a su hijo el cíclope Polifemo) entre otros.
No deberíamos extrañarnos entonces que tanto la sociedad griega y romana terminara replicando los “pecados” de sus líderes y dioses al practicar el infanticidio, abandono de infantes y el aborto. Esto es así ya que nuestra concepción de la humanidad (Lo que significa ser humano, los valores y virtudes) emanan últimamente de nuestra concepción de lo divino (ya sea Dios u otro ídolo). En otras palabras, “Nuestras deidades moldean nuestras identidades”
¿Cúal es entonces la imagen que nos ofrecen las Escrituras sobre el Dios que se reveló en ellas? Ezequiel 16 pinta para nosotros un cuadro que comunica cuán diferente es el Dios de las escrituras. El capítulo recorre la historia espiritual de los judíos desde el “nacimiento” (la llamada de Dios a Abraham) pasando por el “matrimonio” (pacto de Dios con el pueblo), hasta su “prostitución espiritual” (idolatría) y las tristes consecuencias que siguieron (la ruina y exilio). Vamos al texto:
”Entonces vino a mí la palabra del Señor, diciendo: 2 Hijo de hombre, haz saber a Jerusalén sus abominaciones, 3 y di: «Así dice el Señor Dios a Jerusalén: “Por tu origen y tu nacimiento eres de la tierra del cananeo, tu padre era amorreo y tu madre hitita. 4 En cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu cordón umbilical, ni fuiste lavada con agua para limpiarte; no fuiste frotada con sal, ni envuelta en pañales. 5 Ningún ojo se apiadó de ti para hacer por ti alguna de estas cosas, para compadecerse de ti; sino que fuiste echada al campo abierto, porque fuiste aborrecida el día en que naciste.
6 ”Yo pasé junto a ti y te vi revolcándote en tu sangre. Mientras estabas en tu sangre, te dije: ‘¡Vive!’. Sí, te dije, mientras estabas en tu sangre: ‘¡Vive!’. 7 Te hice tan numerosa como la hierba del campo. Y creciste, te hiciste grande y llegaste a la plenitud de tu hermosura; se formaron tus pechos y creció tu pelo, pero estabas desnuda y descubierta. 8 Entonces pasé junto a ti y te vi, y he aquí, tu tiempo era tiempo de amores; extendí mi manto sobre ti y cubrí tu desnudez. Te hice juramento y entré en pacto contigo” —declara el Señor Dios— “y fuiste mía. 9 Te lavé con agua, te limpié la sangre y te ungí con aceite. 10 Te vestí con tela bordada y puse en tus pies sandalias de piel de marsopa; te envolví con lino fino y te cubrí con seda. 11 Te engalané con adornos, puse brazaletes en tus manos y un collar a tu cuello. 12 Puse un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas y una hermosa corona en tu cabeza. 13 Estabas adornada con oro y plata, y tu vestido era de lino fino, seda y tela bordada. Comías flor de harina, miel y aceite; eras hermosa en extremo y llegaste a la realeza. 14 Entonces tu fama se divulgó entre las naciones por tu hermosura, que era perfecta, gracias al esplendor que yo puse en ti” —declara el Señor Dios.”
El verso nos dice que el orígen de Jerusalén es de la tierra del cananeo, de padre amorreo y madre hitita. Aquí vemos que a Jerusalén se le identifica con 3 de los 7 grupos principales de habitantes de Canaán señalados en Éxodo 3.8. Cuando Israel conquistó la tierra, los israelitas tenían la responsabilidad de purificarla de sus tradiciones idólatras (Dt 7:1-5), pero el resultado fue todo lo contrario, Israel terminó replicando las prácticas idolátricas de estas naciones.
El verso 4 es clave. Todas las acciones que se mencionan aquí habrían sido normalmente las tareas que una partera llevaba a cabo. Ella cortaba y ataba el cordón umbilical, limpiaba al recién nacido de su placente, limpiaba la piel del bebé con agua salada y finalmente lo envolvía en una manta. El niño era entonces presentado a los padres para que estos le asignaran un nombre. Pero en este caso, algo distinto ocurre, el niño no es aceptado como miembro de la familia y, en cambio, es arrojado en un campo donde su muerte queda en manos de Dios. El verso 5 nos pinta un claro retrato de lo sucedido con este bebe recién nacido (Israel) fue echado al “campo”. Este detalle tiene grandes implicaciones legales. Con ello, los padres renunciaban a todo reclamo legal sobre la criatura y dejaban en manos de Dios y/u otra persona el “adoptar” al niño para salvarlo.
¿Qué hizo Dios al ver a este bebe abandonado en las polvosas calles? el verso 6 trae un poco de luz. Dios pronuncia una sentencia de vida sobre quien había recibido una sentencia de muerte de parte de sus padres. El texto paralelo de Deuteronomio 7:7-8 nos dice porque Dios puso su mirada sobre Israel: “El Señor no puso su amor en vosotros ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos; 8 más porque el Señor os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, el Señor os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre , de la mano de Faraón, rey de Egipto.”
El resto del pasaje nos muestra los actos de amor del Padre:
- Verso 8: Nos dice que Dios cubrió la desnudez con el borde de su manto. Este es un gesto simbólico del esposo que intenta proveer para las necesidades de su esposa. Un ejemplo de esto es lo sucedido entre Boaz y Rut cuando este cubre a Rut en la era, al hacer esto, expresa su deseo de servir como un abogado delante de los ancianos del pueblo (Rut 3:9)
- Verso 9: Como una extensión de la alegoría matrimonial, Dios también derrama “aceite” sobre la ya crecida mujer. Este probablemente era parte de un “rito matrimonial” el cual simbolizaba la transferencia del cuidado de la joven mujer, de sus padres a su esposo. Todo esto sirve para contrastar la falta de cuido que la mujer sufrió en su infancia con el cuido que ahora Dios tiene de ella.
- Verso 10: Extendiendo aún más la alegoría matrimonial. El verso 10 nos habla de diversos regalos nupciales. Estos regalos nupciales incluyen diversos vestidos para la novia como también sandalias de cuero (NVI). Las sandalias de cuero eran regalos de lujo y por lo tanto señal de riqueza.
- Verso 11-12: El esposo (Dios) proveyó de aún más regalos nupciales. En este caso, diversas joyas que tenían como propósito adornar el cuerpo y la cabeza de la mujer (En Gn 24:22 vemos que Rebeca fue adornada como novia)
- Verso 13: Siguiendo con la ilustración nupcial, YHVH provee a Jerusalén, la novia de harina de la mejor calidad, miel y aceite. Interesantemente, estos elementos son mencionados en los códigos de leyes mesopotámicos como la manutención diaria que una esposa debía recibir de su esposo.
El resultado de este misericordioso cuidado que Dios (el esposo) sobre su esposa (Jerusalén) llega a su clímax en el verso 14: “Entonces tu fama se divulgó entre las naciones por tu hermosura, que era perfecta, gracias al esplendor que yo puse en ti” —declara el Señor Dios.”
Lo que había sido desechado por los hombres, es tomado por Dios. Lo que había sido visto de menos por los hombres es puesto en gran estima por Dios. Este es el Dios que en Levíticos 19:2 nos dice “Sean santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo”. (NVI). ¿Cómo luciría una sociedad cuyo Dios se ha revelado como el Dios que rescata bebes dejados a su suerte?
Bibliografía
- Newsroom. (2022, 6 septiembre). Chicago police investigating after ‘human fetus’ was found on sidewalk. Live Action News. Recuperado 7 de septiembre de 2022, de https://www.liveaction.org/news/chicago-police-investigating-newborn-found-sidewalk/
- Walton, J. H. & Chavalas, M. W. (2004b). Comentario del contexto cultural de la Biblia: Antiguo Testamento. Alianza Editorial.