15 Oct 2018

Una Última Instrucción

Una Exposición de Tito 3:8-11. Las comunicaciones y la globalización nos hacen difícil apreciar ya las últimas palabras de alguien en nuestros días. Pero esto no era así en los tiempos de Pablo y Tito. Piensa lo siguiente, si tuvieras que ausentarte por un tiempo y dejar instrucciones finales a tu familia hoy, ¿qué les dirías?
Por Dr. J. Alberto Paredes

Concéntrate en lo Importante, No te Distraigas, Predica el Evangelio.

Exposición de Tito 3:8-11

Dr. J. Alberto Paredes

Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho. 

Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio.

Tito 3:8-11

 

Las comunicaciones y la globalización nos hacen difícil apreciar ya las últimas palabras de alguien en nuestros días. No tenemos muy grabado el concepto de importancia que va ligado a las últimas palabras de alguna persona. Y parte de esto se debe a que vivimos en un mundo donde comunicarse es tan sencillo, que puedo mover mis dedos sobre una pieza de tecnología y hablar con una persona al otro lado del mundo casi de inmediato.

Pero esto no era así en los tiempos de Pablo y Tito. Mucho menos cuando el cristianismo era altamente perseguido en muchos lugares. Piensa lo siguiente, si tuvieras que ausentarte por un tiempo y dejar instrucciones finales a tu familia hoy, si supieras que no podrás comunicarte más con ellos, por lo menos en un buen período de tiempo, ¿qué les dirías?

De pronto las últimas palabras de vuelven importantes. La forma de cerrar esa conversación, o de terminar esa carta, de pronto cobra una importancia que es difícil imaginar de otro modo.

Por la gracia de Dios, amados hermanos, nos acercamos a la parte final de esta carta pastoral de Pablo a Tito. Hemos podido ver las órdenes que Pablo le da a su amado hijo en la fe, con el propósito de corregir aquello que estaba mal en la iglesia de Creta, y cómo va desarrollando esta relación que existe entre la práctica de la Sana Doctrina y el precioso evangelio de la salvación por medio de Jesucristo.

El día de hoy revisaremos la porción final de esta carta hasta justo antes de las instrucciones personales. De modo que lo que estaremos estudiando hoy es la última porción de las instrucciones que a fin de cuentas debían ser transmitidas a toda la iglesia.

Por este motivo he titulado este sermón: Una Última Instrucción, y mi deseo es amados hermanos, que, si algo nos llevamos bien claro a casa este día, es que esta última instrucción de Pablo a la iglesia en Creta es la siguiente:

Concéntrense en lo importante, no se distraigan, prediquen el evangelio…

Concéntrate en lo Importante

El apóstol está por terminar su carta en función a las órdenes que da a Tito para llevar a cabo en la congregación y vemos la gran importancia de todo lo que ha venido manifestando con la frase:

Palabra fiel es esta…

 Pablo usa esta frase en total en seis ocasiones en sus cartas, y es siempre sus cartas pastorales (1 Ti. 1:14; 3:1; 4:9; 2 Ti. 2:11; Tit. 1:9).

Ejemplo,

  • Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. -1 Timoteo 3:1

Esta frase se usa para intensificar y hacer énfasis en la verdad, importancia y legitimidad sobre aquello que se está declarando. Esto quiere decir que cuando vemos esta frase en particular, debemos prestar muchísima atención a aquello que viene antes o después.

Ahora, además de esta frase, muchas veces tenemos una segunda frase que la acompaña. De hecho, la mitad de las veces que se usa ‘Palabra fiel’ va acompañada de otra frase. Y la mayor parte de las veces va acompañada de esta otra frase: “Palabra fiel…y digna de ser recibida por todos”.

Ejemplo,

  • Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. -1 Timoteo 1:15

Esta segunda frase, nos indica dos cosas, la primera, es un soporte o validación extra de aquella verdad que ha sido o será revelada. Algo así como la frase: “de cierto, de cierto os digo”. Existe una repetición de la idea sobre la importancia de recibir esta declaración como verdad. Nos indica que aquella declaración a la que está acompañando, es totalmente verdadera y especialmente importante. Llama nuestra atención hacia un énfasis especial a considerar todo lo que implica aquella declaración. Además, otra cosa que nos muestra Pablo al añadir esta frase es que nuestra única respuesta racional y relevante ante tal declaración es recibirla como verdad. No podemos hacer nada más que sea razonable. La frase “digna de ser recibida por todos”, no hace ningún énfasis en la acción humana de recibir esta declaración, sino que sigue calificando a la declaración en sí.

Podrán estarse preguntando por qué los he llevado por un recorrido bíblico de estas frases, pero ya vamos para allá. Me es necesario mostrar todo esto, para que entendamos que estamos ante un caso único en la Palabra de Dios. Pues, aunque Pablo usa la frase ‘Palabra fiel’con cierta regularidad, y aunque es cierto que en ocasiones aún refuerza esta frase al añadir ‘y digna de ser recibida por todos’; esta porción de Tito es la única ocasión donde la frase que usa para reforzar la veracidad e importancia de ‘Palabra fiel…’nos llama directa e inmediatamente a la acción. Pablo no adorna sus palabras por nada, sino que inspirado por el Espíritu Santo escribe:

Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza…

Pablo le está diciendo a Tito:

“Amado hijo en la fe, todo aquello de lo que te he venido hablando es tremendamente importante: Acerca de la necesidad de establecer ancianos que cumplan con los estándares bíblicos, acerca de callar la boca a los falsos maestros, acerca de guardar el buen testimonio siendo una iglesia que no solo predica la Palabra sino que practica la Palabra, no sólo enseñando acerca de la Sana Doctrina sino que viviendo la Sana Doctrina, recordando la esperanza que tenemos en lo que Cristo ha hecho por nosotros y lo que ha prometido hacer, ¡recordando nuestra regeneración, justificación, adopción, santificación, y glorificación, por el evangelio glorioso de Cristo, sólo por Su gracia, sólo para Su gloria! Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza.

Tito, concéntrate en lo importantee insiste en esto con firmeza.”

Hermanos míos, si tuviera que mostrarles absolutamente todas las implicaciones que vienen sólo de la palabra firmeza, tendríamos que hacer una serie de sermones para ello. Pero váyanse con esta idea: Cuando Pablo habla de insistir con firmeza, podría traducirse como “Insiste en esto examinando detalladamente, y hasta el final, el fundamento sólido de estas verdades.”

Pablo pudo haberle escrito a Tito, confiando nada más en su autoridad apostólica, que enseñara estas cosas, estando seguro de que provenían de la inspiración del Santo Espíritu; pero el llamado de Pablo es a que Tito, pastor de su congregación, examine cada uno de estos temas minuciosamente, a través de toda la Escritura.

Ahora bien, el llamado no es sólo para Tito.

El Espíritu inspiró al apóstol para que escribiera estas palabras, pero también preservó esta carta hasta nuestros días para Su iglesia.

Así que hermano déjame preguntarte; ¿qué tanto estás examinando las Escrituras cuando te enfrentas con una enseñanza? ¿Cuál es la fuente principal de autoridad en tu vida? ¿Te quedas con lo que decimos aquí en el púlpito nada más sin examinarlo a la luz de la Palabra? ¿Te quedas con un video de YouTube sobre lo que algún pastor que te cae bien opina al respecto de un tema? ¿Está tu teología más basada en comentarios de otras personas que en tu propio estudio de la Palabra? ¿Pides más ayuda de las redes sociales que del Espíritu Santo al momento de dar respuesta a un tema difícil? Y no digo que todas estas cosas sean malas por sí mismas, pero, lamentablemente hermanos, tenemos que ser sinceros y decir que el cristianismo hoy día está más caracterizado por tomar su teología de Facebook y YouTube que del estudio fiel de la Palabra.

Por eso vemos cosas tan absurdas pasando en iglesias supuestamente cristianas. Desde personas que se creen profetas fingiendo hacer milagros, hasta lugares donde le echan la culpa al Espíritu Santo por todo el desorden y el caos que domingo a domingo sucede en ese lugar. Eso es blasfemia. Si estudiaran la manera como el Espíritu mismo nos ha revelado que Él actúa no estarían saltando y riéndose hasta vomitar en vez de predicar de forma clara la Santa Palabra de Dios. Estarían predicando sufrimiento y pruebas que nos hacen depender de Dios, en vez de un dios que nos pide dinero para hacernos más ricos, cual inversionista bancario. Esto es también una blasfemia.

Pero dejemos de verlos a ellos hermano amado, y vamos a vernos a nosotros también. Porque si nosotros estudiáramos la doctrina de la santidad de Dios como palabra fiel, e insistiendo con firmeza en ello y las implicaciones que ésta tiene para nuestras vidas; no tendríamos una iglesia llena de chisme, no tendríamos problema en aplicar la disciplina como la Biblia enseña, desde confrontar personalmente a mi hermano en vez de ir a preguntar/contarle a un líder, hasta llegar al punto de la excomunión si fuera necesario.

Si estudiáramos con firmeza la soberanía de Dios y su plan maravilloso de redención a través de la historia, no tendríamos miedo de quedarnos con un remanente por apegarnos a lo que dice la Palabra, preguntándonos ¿qué va a ser de nosotros ahora?

Si insistiéramos con firmeza en la belleza del evangelio, recibiríamos gozosos toda la ofensa de la ley, sabiendo que ciertamente la ley de Dios me condena, pero que Cristo ha pagado por mis pecados, ha lavado a su esposa, que es la iglesia, con su preciosa sangre. Y que el que inició la buena obra en nosotros la terminará hasta el día de Cristo Jesús.

Si tan sólo reconociéramos la Palabra fiel, e insistiéramos en ella con firmeza, ¿qué tan distinta sería nuestra vida?

Porque no solamente tenemos el llamado a concentrarnos en aquello que es importante y estudiarlo meticulosamente; sino que tenemos una razón:

Para que los hombres que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras.

Únicamente quiero llamar nuestra atención a la relación causal que existe entre concentrarnos en lo importante, es decir, reconocer la palabra fiel e insistir en ella con firmeza, y el resultado de esto que es que el hombre de Dios se ocupe en buenas obras. Existe una causa y un efecto.

Pablo le está haciendo ver a Tito y a nosotros lo siguiente,

—¿Quieren experimentar el ocuparse en buenas obras que es a lo que ha sido llamado el hijo de Dios? Este es el efecto…

—Bueno, si quieres hacer esto, no podrás hacerlo sin su respectiva causa. Existe algo que viene antes:Concéntrate en lo importante, reconoce la palabra fiel, insiste en ella con firmeza.

Hacer esto es bueno, es excelente, es hermoso, es bello, y además es útil. Como ya hemos visto, tiene un precioso propósito; que el hombre de Dios procure ocuparse en buenas obras.

No te Distraigas

Esto es precioso, y suficiente para confrontarnos hoy, sin embargo, Pablo, como siempre, va más allá y no sólo le dice a Tito (y a nosotros) qué hacer, sino que también nos dice qué no hacer. Y siguiendo con esta instrucción final de Pablo, él dice:

Concéntrate en lo importante, no te distraigas…

Y esto lo podemos ver por la palabra ‘pero’en sus Biblias. Esta palabra ‘pero’, nos anuncia que Pablo va a cambiar el sentido de lo que viene diciendo… De manera que nos ha dado una instrucción positiva:

En esto quiero que insistas con firmeza…

PERO; [atención, va a cambiar de dirección aquí…]

Evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley.

El apóstol está alertando a Tito sobre algo.

—Sabes, Tito, es muy probable que, al estudiar tanto la Palabra de Dios, escucharás cosas con las que no estés de acuerdo, y entre todo lo que escuches, debes acostumbrarte a discernir qué de todo es necio y sin valor, y qué vale la pena defender hasta la muerte.

No distraerse es evitar lo vano.

Pablo aquí no está prohibiendo los debates que edifican a la iglesia. Pablo no está prohibiendo exponer distintas posturas que nos llevan a adentrarnos más en lo que dice la Palabra de Dios. Tampoco está diciendo que podemos saltarnos las genealogías en la Biblia como cosas inútiles; él mismo escribe a Timoteo que toda la escritura es inspirada por Dios y útil…

Lo que Pablo está observando aquí, es que si todas esas cosas, no tienen como propósito edificar a la iglesia, dándonos una perspectiva más profunda de nuestra fe o de alguna doctrina, entonces, meternos en ese tipo de discusiones o debates es meternos en algo necio, inútil y sin provecho para la iglesia.

¿Cuántas veces no nos hemos encontrado en situaciones así? Sabiendo que estamos ante una persona necia que franca y abiertamente acepta su oposición a la Palabra, estamos más concentrados en ganar un argumento que en ganar un alma, predicándole el evangelio y llamándole al arrepentimiento y fe en Jesucristo. Cuando hablamos de temas como la homosexualidad, el aborto, el matrimonio igualitario, la política ¿qué es lo que hay en nuestros corazones? De nuevo, no está mal debatir esos temas cuando el propósito es edificar la iglesia de Cristo, y, de hecho, Pedro nos llama a estar siempre preparados para dar respuesta de nuestra fe; pero ¿en serio es esto lo que estamos haciendo?

¿Cuánto del tiempo que Dios te ha dado para extender Su reino se te ha ido defendiendo tu ego? Quizá no te haya tocado estar en una situación así o participar en un debate de este tipo, pero déjame ir más allá y preguntarte: ¿Te gustaría estar más preparado para poder participar en este tipo de debates que estar preparado para predicar el evangelio? ¿Inviertes más tiempo en estas preguntas, que estudiando la mismísima obra redentora de Cristo? Si en tu corazón deseas más ser un erudito del antiguo testamento de lo que deseas hablarles a otros de Cristo, déjame decirte, que no necesitas meterte en este tipo de debates. Tu corazón ya no está en el lugar correcto, y lo que necesitas es arrepentirte.

Y volveré a hacer énfasis en esto para que no dejarlos ir con la idea equivocada: no estoy diciendo que estudiar y tener las habilidades para discutir sobre estos temas esté mal. Lo que Pablo nos está diciendo es que de nada sirve todo eso si no edifica a la iglesia. No nos distraigamos con cuestiones necias, que para nada edifican la iglesia de Cristo.

Y es necesario comparar las palabras de Pablo al final del verso ocho con estas palabras al final del verso nueve.

Cuando Pablo habla de la Palabra fiel, y nos ordena insistir con firmezaen esas cosas, nos habla del efecto positivo que hacer esto tendrá en la vida del creyente, y finalmente, de la iglesia. Nos dice que estas cosas son buenas, y útiles a los hombres. Y así como esas cosas son buenas y útiles para los hombres, las discusiones necias, los pleitos, las discusiones acerca de la ley, y las genealogías nos dice que son, en comparación con todo lo anterior, vanas e inútiles. Ahora bien, hay que tener muchísimo cuidado, porque inútilno significa sin efecto. Si no tuvieran ningún tipo de efecto en nuestras vidas, y en la vida de la iglesia, ¿por qué Pablo nos ordenaría evitar estas cuestiones?

La realidad hermanos, es que tienen un efecto, y un efecto altamente peligroso y nocivo para la iglesia. Dejar de concentrarse en lo importante y distraerse con cuestiones necias causa divisionesen la iglesia. El verso diez, no está desconectado del nueve; sino que es resultado de no escuchar todo lo anterior.

No distraerse es desechar a los herejes.

Pablo ordena a Tito qué hacer cuando una circunstancia así se presente, diciéndole:

Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo…

Hay dos palabras en esta oración a la que quiero llamar su atención: La primera de ellas es la palabra ‘divisiones’; y la segunda es la palabra ‘deséchalo’.

La palabra que se traduce en sus Biblias como ‘divisiones’ es la palabra griega ‘αἱρετικὸν[1] (haireticon), de aquí proviene la palabra en español ‘hereje’.Y existe un recurso llamado HELPS que provee un estudio detallado de la mayoría de las palabras bíblicas. Escuchen la manera como este define esta palabra:

Una persona facciosa, que se especializa en verdades a medias y aparentar falsas impresiones a fin de “ganar” a otros hacia su opinión [personal], mientras crea divisiones dañinas en la iglesia.[2]

La palabra ‘hereje’ está más relacionada en nuestros días con el alejarnos de las doctrinas fundamentales de la fe cristiana, y por supuesto, estoy de acuerdo con esta definición. Pero la realidad es que, para la iglesia en Creta, y en general para la audiencia del siglo primero, la palabra tenía un uso más común. Y se extendía a todo aquél que elevara sus preferencias personales por encima de la doctrina establecida encontrada en la Palabra de Dios. Y no sólo se usaba para calificar un tipo de enseñanza, sino incluso para el tipo de obras de vida de una persona. Y finalmente, debemos entender, que no importa que no manifestemos con nuestras palabras aquellas preferencias que están por encima de la Palabra, pues, a fin de cuentas, nuestras obras siempre serán reflejo de aquello que está en nuestro corazón.

Cuando dejamos de poner nuestra vista en las cosas verdaderamente importantes, en la Santidad de Dios, en la santidad de la iglesia, en el orden que Dios ha establecido para nosotros como cuerpo de Cristo, pero también como individuos, cuando dejamos de concentrarnos en los mandatos que Él nos ha dado, cuando olvidamos el evangelio; cuando nos distraemos con cosas vanas y comenzamos a poner nuestras preferencias personales antes que la doctrina bíblica; tenemos todo el potencial para vivir de forma herética, y por tanto, para dividir a la iglesia.

El llamado siempre es al arrepentimiento. Pablo instruye a Tito que lo primero que ha de hacer ante una situación así es amonestarles, advertirles, aconsejarles bajo la autoridad y con la autoridad de la Palabra de Dios a que se arrepientan de tal pecado, y que regresen a vivir (no sólo enseñar, sino a vivir) de acuerdo con la sana doctrina. Amonéstalos una y dos veces, ¿y si siguen con esto qué? ¿Qué hacemos si no se quieren arrepentir? ¿Qué si siguen dividiendo a la iglesia al vivir de esta manera o predicando esta falsedad? ¿Qué si su intención es continuar distrayendo a la iglesia de lo que es verdaderamente importante?

Deséchalos. No te distraigas con los herejes. No pierdas tu tiempo con aquellos que le están haciendo tanto daño al cuerpo de Cristo. Simplemente:después de una y dos amonestaciones, deséchalo.

Esta es nuestra segunda palabra a la que debemos llamar nuestra atención. Porque algunos dicen que es simplemente no invertir más tiempo en él, pero dejar que se siga congregando haciendo caso omiso a su pecado, y con esto, caso omiso al peligro de que la iglesia sea dividida. Pero ¿es esto lo que quiere decir esta palabra?

La palabra en el original es ‘παραιτοῦ(paraitou), una palabra compuesta con el prefijo ‘para’que quiere decir a lado, aparte, afuera, y la voz imperativa media del verbo ‘aiteo’que quiere decir llamar o demandar algo. No es invitar a nuestro hermano a que se retire, lo que Pablo está diciendo al usar esta palabra es “saca al hereje”. No es de sorprender que otras versiones traduzcan la palabra como expulsar; sin embargo, me gusta la traducción que hace la NTV no por que me guste la orden, sino porque se apega más al significado de la palabra original; que, por cierto, es la misma traducción que tiene la Biblia ESV en inglés:

No tengas nada más que ver con ellos…

Esta noción de no tener nada más que ver con aquellos que dividen a la iglesia de Cristo, es respaldada por la epístola universal de Judas, en los versos 17-23:

Pero vosotros, amados, acordaos de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo, quienes os decían: En los últimos tiempos habrá burladores que irán tras sus propias pasiones impías. Estos son los que causan divisiones; individuos mundanos que no tienen el Espíritu… Y tened misericordia de algunos que dudan; a otros, salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por la carne (LBLA).

Hermano, podrán decir, ¡esto es muy severo! ¿Dónde queda la gracia? ¿Dónde está el amor al hermano caído? Por un lado, quienes protestan contra esto, parecerían tener razón. Pero analicemos más a detalle…

En primer lugar, la gracia y el amor se han mostrado ya en las múltiples veces que se le ha llamado al arrepentimiento. De no ser así, Pablo pudo haber dicho: ‘al hereje, deséchalo’. Pero en vez, dijo: al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación, deséchalo. Este personaje ha sido confrontado en más de una ocasión, y se le ha advertido de la terrible promesa de destrucción para aquellos que destruyen a la iglesia de Cristo:

Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois.

-1 Corintios 3:17 LBLA

La persona ha escuchado esto y ha tenido a bien ignorar esta advertencia, evidenciando así su falta de temor de Dios.

En segundo lugar, si Judas tiene razón, y si todo lo que hemos venido diciendo hasta ahora es correcto, debemos quitarnos de la cabeza que tal persona es nuestro hermano en Cristo. No lo es. Judas dice de aquel personaje que ‘no tiene el Espíritu’. Lo cual después de todo resulta bastante claro. ¿Cómo es posible que un hijo de Dios ponga sus propias preferencias por encima de la Palabra y la autoridad de Dios, de manera tal que no tenga la más mínima chispa de arrepentimiento, y decida ignorar las advertencias de destrucción por parte del Señor? No es posible. Tal persona no conoce a Dios. Y tal persona ha manifestado no ser hijo de Dios. No es que la iglesia le quite el título de hijo, es que la iglesia reconoce, por la autoridad de la Palabra de Dios, que tal persona jamás ha conocido a Dios.  El último recurso, es expulsarlo de la iglesia, de forma que él se de cuenta que la comunidad de Dios, la embajada de Dios como la llamó el pastor Huitzie, no reconoce su ciudadanía como parte del reino de Cristo. El hereje manifiesta: No tengo temor de Dios. La iglesia le responde: Entonces no eres hijo del Dios Altísimo.

Por si nos quedara duda de todo esto; el apóstol nos aclara la razón de disciplinar al hereje de esta forma:

sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio.

Está claro que el desechar a tal persona, no es culpa de una iglesia demasiado severa, no es culpa de un consistorio demasiado cuadrado, es culpa de un juicio demasiado perverso, que viene de la misma persona que comete el pecado. El problema con estas personas es que han venido a ser lo suficientemente orgullosos y arrogantes como para poner sus preferencias personales en contra y por encima de aquello que claramente enseña la Palabra de Dios, hasta tal punto, que están más dispuestos a destruir la iglesia, sin importar la advertencia de Dios, que a arrepentirse de su pecado.

No te distraigas, evita a los herejes; deséchalos.

Por otro lado, la puerta no se cierra tras de él por siempre, el propósito final de desecharle es que esto lo lleve al arrepentimiento. Es que entienda que su forma de vivir no es la de un cristiano. Es que entienda que él no es un cristiano. Cuando esto suceda, la iglesia debe estar lista y expectante para predicarle el evangelio de Cristo Jesús; y así él se arrepienta, venga y acepte a Cristo como su Señor y Salvador. Entonces, la iglesia deberá recibirle con los brazos abiertos, dispuesta a perdonar lo que ha hecho y a continuar extendiendo junto con él, el reino de Dios. No será rápido, habrá un proceso de restauración. Pero, por la gracia de Cristo, es posible.

Y esto da lugar a nuestra conclusión. Hemos visto que parte de la instrucción final y directa que Pablo da a Tito concerniente a la iglesia en Creta es la siguiente:

Concéntrate en lo importante, no te distraigas… 

Predica el Evangelio

Pero ¿para qué hacer todo esto hermano? Para predicar el evangelio. El propósito de todo esto siempre ha sido, es y será, que la iglesia esté enteramente capacitada y atenta para predicar el evangelio y practicar el evangelio. Para testificar al mundo con sus obras, pero también con sus Palabras, que Cristo es Dios. Que Él tomó la naturaleza de hombre, y que vivió perfectamente y sin pecado. Que cuando nosotros fallamos en mantener nuestra vista fija en aquellas cosas que son verdaderamente importantes, Él cumplió. Cuando nosotros fallamos en concentrarnos en la predicación del evangelio y el reino, Él vino y lo hizo perfectamente. Cuando nosotros nos distrajimos una y otra vez con cosas vanas y sin sentido; Él se mantuvo firme en aquellas cosas que dan gloria a su Padre. Y nos ha revestido de esa justicia perfecta que es sólo suya. Y ha tomado para sí la inmundicia de nuestros pecados, y recibido el castigo y la ira justa de Dios para perdonar al pecador.

Este es el mensaje del evangelio; que Cristo vino al mundo a salvar a los pecadores. No por nosotros, porque no lo merecemos, sino por amor misericordioso y santo para con nosotros, y sobre todo para Su gloria.

Si eres miembro de esta iglesia, y consideras que estás viviendo de la forma que Dios nos llama a vivir dale gracias a Dios, pues es únicamente por Su Santo Espíritu que eres hijo. Pero si no es así, si has fallado, si has pecado contra Él arrepiéntete, y ven a Cristo, con humildad, disfruta de la gracia de su cruz.

Por otro lado, si es primera vez que nos visitas, no pierdas esta oportunidad. Como has podido escuchar, la vida cristiana no es fácil, es más que sólo un título, requiere sacrificio, estudio, atención en lo importante. Ser cristiano requiere tomar nuestra cruz, y seguir a Cristo. Pero Jesús también nos dice que sólo en Él hay verdadero descanso. Al final, sólo en Él hay salvación. Su yugo es fácil, y su carga es ligera.

Acerquémonos pues al Señor de la gracia, concentrándonos en lo importante, sin distracciones, para predicar Su evangelio; hasta que Él vuelva.

Amén.

 

Referencias:

[1]Interlinear Greek-English New Testament, Zondervan. Titus 3:10.

[2]Estudio bíblico de palabras HELPS, entrada 161:αἱρετικός.

Médico graduado de la Universidad Anáhuac Mayab. Director y Fundador de Enviados México. Estudiante de Maestrías en Divinidades y en Estudios Teológicos del Seminario Teológico Reformado de Charlotte, Carolina del Norte. Ha publicado entradas en otros ministerios como Dios es Santo; y artículos oficiales en el Christian Research Institute. Pasión creciente por la Palabra, y pasión por su país. Promoviendo la Reforma en México, Por Su Gracia…Para su Gloria.

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