Vivimos en una sociedad que nos satura de romance, sexo y placer, producto de esto, he tenido conversaciones con amigas sabias que buscan llevar una vida de pureza sexual. Al igual que muchos hermanos, yo también he experimentado de manera personal la misma batalla que opera desde el corazón.
No recuerdo el momento exacto, pero ya no era una adolescente que buscaba tener “sólo” amigos, tenía más de 20 años y creía que estaba en ‘la edad’ para tener una pareja, y la sociedad dentro y fuera de la Iglesia lo sabía. Por mi parte, no ignoraba la posibilidad; sin embargo, a mi parecer, que yo tuviera un novio era más interés de la gente que el mío, no fue sino hasta después de los 24 años que surgió en mí este interés, y surgió como una decisión que merecía compromiso, sabiduría y dirección de Dios.
La cultura en la que vivimos nos satura de romance.
Si naciste despuésde la década de los años noventa quizá estés familiarizada con la enseñanza de las madres a sus hijas, algo parecido a esto: “hija, dedícate a tus estudios y luego puedes tener novio…”. La prioridad de nuestras madres era que tuviéramos una profesión (así, podríamos ser independientes), luego entonces, podrías ir en busca de una pareja.
Para finales del siglo XX e inicios del XXI, estudiar y desarrollarte de manera profesional opacaba el tener una relación romántica en los años de adolescencia. No obstante, en algunos casos después de los veinte años, la sugerencia de las madres cambiaría, convirtiéndose en algo parecido a esto: “hija, ¿no te interesa aquél joven como para que sea mi yerno?…”. Para otros, seguiría la libertad de compromiso, la independencia e individualidad tomarían la batuta en la enseñanza cultural hacia las mujeres. Para conocer más sobre esto demos un ligero vistazo a la postura que tiene nuestra cultura.
¿Qué dice la cultura de la soltería?
La cultura es un aspecto vital para entender este tema, por ello partimos de la pregunta siguiente: ¿qué nos dice la cultura del siglo XXI respecto a la soltería, específicamente en mujeres? Creo que al menos hay dos posturas que predominan, la primera nos dice que tener un novio, o al menos un hombre con quien tengas sexo, es la condición que te hace más feliz (o evita que seas amargada). Ésta va de la mano con la idea de “si no consigues casarte antes de los cuarenta se podría decir que eres una solterona”. La revista literaria Algarabía no. 125 en un artículo que escribe sobre el tema dice lo siguiente:
“«Solteronas», en eso se convertían después de haber alcanzado o sobrepasado la edad en la que, en su sociedad se consideraría propio casarse —esta idea variaba de un entorno a otro.” [1]
En su defensa, la cultura habla de no tener la necesidad de un hombre para sentirse realizada o feliz. Se habla acerca de no tener la necesidad de un matrimonio; no necesariamente hablamos de una perspectiva feminista, sino más bien, de una respuesta a la “presión” que existe hacia la mujer y su “falta” de un novio o esposo.
La escritora Kate Bolick nos lo muestra de manera amplia en su libro título titulado: “Solterona por convicción”, llegando a tener un gran número de lectores en Estados Unidos. Ella dice que es una “Solterona, a mucha honra”, asimismo comenta respecto al tema:
“Es el resultado de los logros de la segunda ola del feminismo de los años 70. Es una circunstancia que nunca se ha dado antes: el número de mujeres que están trabajando y estudiando es mayor que nunca”. Y añade; “Cuando las mujeres han tenido menos acceso a la educación, han tendido a casarse más. Si toman la decisión de vivir en solitario creo que es, fundamentalmente, porque ahora se les permite tener experiencia, una visión del mundo mucho más amplia que el matrimonio. No es egoísmo, como muchos argumentan”.[2]
Como podemos ver, la condición de ser soltera ciertamente nos da mayor libertad para realizar las metas individuales o personales. Esto nos lleva a conocer la segunda postura que la misma cultura nos da. Estar soltera es mucho mejor que estar casada, es ser libre respecto a todo compromiso con un hombre (aunque claro, se puede tener sexo con quien se desee); todo esto, junto con estar realizada profesionalmente, según la cultura en la que vivimos, es la clave para la plenitud de la mujer soltera.
Otro ejemplo de la postura o propuesta cultural se puede ver en la película “How to be single” (Cómo ser soltera); en la cual de manera divertida y burda nos presenta la “gran ventaja” de estar soltera y algunos pasos para sacarle “provecho a la belleza de la mujer”.
Hay mucho más para decir respecto a lo que la cultura nos propone, pero mejor, pasemos a ver y analizar un poco cómo los cristianos estamos respondiendo a esta situación.
Cristianismo Manchado
Como cristianos, muchas veces, y sin darnos cuenta, adoptamos ideas del mundo y las mezclamos con nuestro pensamiento ‘cristiano’. En una encuesta realizada en una comunidad pequeña, arrojó los siguientes resultados: a un 30 % de las mujeres entrevistadas a menudo se les ha preguntado y “animado”a tener una relación con un hombre. El 67 % afirmó que en alguna ocasión se le ha insinuado ser homosexual, sólo por el hecho de no tener una relación amorosa en la edad que “culturalmente” se espera, tengas. Esta encuesta fue en mayoría por jóvenes cristianas, lo cual nos revela la falta de un pensamiento bíblico a la hora de interpretar la soltería y el matrimonio.
Soltería: ¿Qué enseña la Biblia?
Cabe mencionar que ya se ha escrito y hablado sobre principios bíblicos de la soltería, ya se ha tratado de enseñar (y cada vez más) que la soltería es una etapa bella, la cual no es inferior al matrimonio, que la Iglesia no debería fomentar el verlo igual que como la cultura lo ve, sino como una bendición de parte de Dios. Sin embargo, creo que aún es necesario recordar cuál es la perspectiva bíblica correcta:
En cuanto a los solteros y las solteras, no tengo un mandamiento del Señor; simplemente doy mi opinión como alguien que, por la misericordia del Señor, es digno de confianza.Soy del parecer de que, ante la situación apremiante, es mejor que cada uno se quede como está.¿Estás casado? No trates de separarte. ¿Eres soltero? No busques casarte. Aunque, si te casas, no pecas; y si alguna joven soltera se casa, tampoco peca. Sin embargo, los que se casan tendrán que enfrentar sufrimientos, y yo quisiera evitárselos.
1 Corintios 7:25-28 RVC
Podemos ver lo que Dios dice a los solteros y solteras; en realidad no hay un mandato específico para nuestra condición; incluso si hemos de quedarnos en esa condición es mejor; pero si ya se es casado no se trata de ir y separarse, si buscas casarte está bien, no hay nada malo en ello. Sólo se advierte sobre una realidad que se enfrentará en el matrimonio, que es el sufrimiento con tu pareja. El texto no refiere de manera específica qué tipo de sufrimiento se tendrá, pero podemos saber que un matrimonio lleva consigo conflictos sentimentales, morales, familiares (conyugales), entre otras circunstancias que se viven sólo si se tiene pareja; cosa que un soltero no puede experimentar. Cabe recalcar que no se hace una división entre estar casado y soltero poniéndo a alguno en un nivel superior de santidad, solamente se menciona la forma de vivir, las preocupaciones, el estilo de vida que lleva una persona soltera y una casada en contraste.
Entonces, se puede decir que ambas condiciones resultan ser un llamado y regalode parte de Dios. Ninguna ocuparía el lugar principal; es decir, el celibato es aceptable cuando la persona lleva consigo una convicción de entrega sólo al Señor, el matrimonio es bueno y santo cuando se tiene la perspectiva de servicio al prójimo en una unión íntima, e incluso para evitar caer en pecado de inmoralidad sexual. Pues “…si alguno piensa que es impropio que su hija continúe siendo soltera después de cierta edad, que haga lo que quiera. Con eso no pecan. Que se case”(1 Corintios 7:36-38). Asimismo, Pablo aconseja: “… A los solteros y a las viudas les digo que sería bueno que se quedaran como yo; pero si no pueden dominarse, que se casen; pues es mejor casarse que arder de pasión” (1 Corintios 7:8-9).
Por lo tanto, si hemos de pensar en una cosmovisión cristiana correcta, es necesario considerar la creación del hombre y su propósito eterno: “el fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de él para siempre” [3]. No hay cláusula alguna que diga que el hombre fue creado para casarse, ni que diga que fue creado para soltería.El ser humano es creado para tener una relación con Dios y rendirle adoración, para estar satisfecho en el Señor y encontrar su gozo solamente en Él. Pero el hombre en su pecado no ha podido realizar este propósito de manera perfecta y completa, es sólo en Cristo (el varón perfecto) que podemos tener la libertad para crecer y llegar a esa perfección. Es el Evangelio de Cristo lo que nos ayuda a ver en perspectiva eterna el estar soltero o casado; es decir, conforme al don o llamado que el Espíritu Santo nos haya dado hemos de hacer caso a este, pues como dice Pablo:
“…el tiempo se acorta; por lo tanto, el que tiene esposa debe vivir como si no la tuviera; el que llora, como si no llorara; el que se alegra, como si no se alegrara; el que compra, como si no tuviera nada;y el que disfruta de este mundo, como si no lo disfrutara; porque el mundo que conocemos está por desaparecer.”
1 Corintios 7:29-31
Este mundo necesita ser redimido, aún gime por el regreso de su Rey. Vivir y disfrutar de este mundo, tener esposo o más tiempo para ti, no es lo que más importa si vives para Cristo; sino: ¿En qué condición le puedo glorificar de mejor manera? ¿Sirvo mejor con un marido o siendo soltera? ¿A qué me ha llamado Dios?
Así que la próxima vez que animes a una joven a casarse, piensa, ¿estará ella consciente de su llamado?, ¿qué tal si mejor sirves con guía y consejo bíblicos de acuerdo con lo que Dios quiere para ella específicamente? Si eres la joven que recibe algún tipo de “presión” por la gente que te rodea, sea cristiana o no, creo que nuestro papel es ser misericordiosas con ellos, y responder con amor. Dios me ha dado esta condición y le glorifico a Él mejor, así como estoy, pero si Dios quiere que me case, Él proveerá en Su tiempo, la persona adecuada y pondrá en mi corazón la sabiduría para glorificarle de ese modo.
Referencias:
[1]Montes de Oca, María. 2017. Las solteronas. Algarabía: México. http://algarabia.com/a-ideas/las-solteronas/#nota-2. Visitado el 26 de enero de 2018.
[2]Bolick, Kate. Solterona por convicción. 3 junio 2016. Entrevista del periódico El país, dentro de la Feria del libro de Madrid. Recuperado el 29 de enero de 2018: https://elpais.com/cultura/2016/05/13/actualidad/1463138730_112393.html.
[3]Catecismo menor de Westminster. Respuesta a la pregunta No.1.