¿Cuál es papel de los Salmos en la adoración pública?
Recientemente, un debate ha resurgido en Latinoamérica. La pregunta, básicamente es: ¿Qué debemos cantar en el culto público? Dentro de la Iglesia Reformada existen dos posturas históricas, y estas difieren en cuanto al énfasis que se le da específicamente a los Salmos canónicos dentro de la adoración pública. Pero para tener un contexto, debemos primero que nada, y a grandes rasgos, tratar con lo que conocemos como el Principio Regulativo de la Adoración.
El Principio Regulativo de Adoración (PRA) es la doctrina reformada derivada de la Escritura, que establece que solo debemos usar en la Adoración Comunitaria aquellos elementos que Dios ha explícitamente expresado en Su Palabra.
Pero el modo aceptable de adorar al verdadero Dios es instituido por EL mismo, y está tan limitado por su propia voluntad revelada, que no se debe adorar a Dios conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias de Satanás, bajo ninguna representación visible o en ningún otro modo no prescrito en las Santas Escrituras.” (CFW 21.1)
Históricamente la mayoría de los presbiterianos aceptamos y afirmamos que el Principio Regulativo es la interpretación correcta acerca de la instrucción bíblica para la adoración en el culto público. Estos elementos pueden resumirse de la siguiente manera:
- Leer la Biblia
- Orar la Biblia
- Cantar la Biblia
- Predicar la Biblia
- Ver la Biblia en los Sacramentos
Sin embargo, en relación al elemento de cantar la Biblia, han existido hermanos que entienden este Principio Regulativo como afirmando que solamente debemos cantar Salmos canónicos durante la adoración comunitaria. A esta práctica le llamamos: Salmodia Exclusiva (S.E.). Ellos están convencidos que la S.E. es la respuesta inevitable puesto que, de acuerdo con su interpretación, es la orden explícita de Dios en la Biblia.
Debo recalcar que los proponentes de la Salmodia Exclusiva tienen como principal motivador un celo genuino por obedecer la Palabra de Dios, y esta es una de las muchas cosas que tenemos en común. A continuación, mencionaré muy brevemente tres de los argumentos a favor de la Salmodia Exclusiva (de menor a mayor importancia).
- En Calvino encontramos a un exponente de cantar Salmos durante la adoración comunitaria. Dentro de sus principales razones estaba su aplicación de ser regidos por Sola Scriptura. Así mismo, Calvino argumentaba que no encontraremos mejores palabras que las palabras mismas de Dios para alabarle, y que los instrumentos musicales habían cumplido su función en Cristo.
- Los Puritanos y otros grupos protestantes adoptaron esta práctica. Si ellos lo hicieron, seguramente es bueno y aplicable a nosotros.
- En pasajes bíblicos, como Colosenses 3:16-17 y Efesios 5:18-20, argumentan, Pablo usa las palabras “salmos, himnos y canciones espirituales” para referirse exclusivamente a los Salmos. Esta es su razón principal (derivada de una conclusión exegética que analizaremos más adelante). Teólogos como John Murray y Scott Clark afirman esta interpretación.
Si bien entiendo que nuestros hermanos defensores de la Salmodia Exclusiva buscan glorificar a Dios con un corazón genuino, considero que hay objeciones válidas para los fundamentos de esta práctica. Mi deseo no es desacreditar ni caricaturizar sus posturas, mas bien, exponer las nuestras y que juntos podamos alentarnos mutuamente a la verdad.
Calvino Fue Flexible
Si bien Calvino promovía el cantar Salmos durante el culto, en los Salterios que utilizaba su congregación también estaban incluidos los Diez Mandamientos, el Credo de los Apóstoles, El Padre Nuestro y el Cántico de Simeón. A su vez, debemos tener presente que Calvino no cantaba los Salmos del texto literal de la Escritura, sino que les hacia ajustes métricos para que el texto se acomodase a la poesía métrica. Esto no es muy diferente a componer una canción basada en un Salmo y llamarle: Salmo 3. Recordemos que el himno Castillo Fuerte (por Martin Lutero) es su versión del Salmo 46. Aun así, algunos partidarios de Salmodia Exclusiva no cantarían Castillo Fuerte, pero sí otra versión del texto de un Salmo. Surgen preguntas, entonces: ¿Quién define cuándo es un Salmo, y cuándo deja de serlo? ¿Qué tanto podemos modificar el texto ¿Por qué es válido modificar el texto para que se adapte a la métrica? Etc.
La Historia No es Normativa
Tengamos cuidado al interpretar la historia. Entender los hechos de la historia, sin entender el contexto de la misma, nos puede llevar a un mal entendimiento y a una incorrecta aplicación. Es necesario recordar que Calvino fue un hombre de su época. Esto quiere decir que Calvino no solo influyó a su época, sino que su época influyó en él. Cuando Calvino escribe La Necesidad de Reformar la Iglesia, él no estaba atacando la composición de nuevos cantos basados en la escritura o derivados de ella como consecuencia de una convicción exegética, sino todos los ritos paganos de la iglesia Católica Romana. Así como Lutero en su afán de enfatizar el Evangelio, dejó de incluir lecturas del Antiguo Testamento en su Liturgia (tiró al bebé con la bañera), Calvino dejó de usar instrumentos e himnos influenciado por su contexto. Del mismo modo, no todo lo que hicieron los puritanos fue correcto. Es en este tipo de instancias cuando Dios nos recuerda que incluso aquellos héroes de la Reforma fueron falibles. Como creyentes, debemos poder decir: no estoy completamente de acuerdo en esto o aquello con Calvino, Lutero o Knox, pues sus escritos no son infalibles. Sólo la Palabra de Dios es inerrante e infalible.
Salmodia Exclusiva: ¿Tiene Fundamento Sólido?
Este punto es el más importante (y único necesario): Siempre que queramos hacer una exégesis seria de un texto de la Escritura, debemos hacer preguntas básicas como: ¿qué significa esta frase o palabra en el párrafo? ¿Que significa en el capítulo? ¿Ha sido utilizada en el libro entero? ¿Es esto alguna fórmula paulina? ¿Se encuentra en otros libros de la Biblia? Etc. El pasaje de Col. 3:16 (salmos, himnos y canciones espirituales) y su paralelo en Ef. 5:19, difícilmente se pueden interpretar como si Pablo estuviese refiriéndose a los Salmos. De hecho, ni si quiera Calvino habría apoyado esta interpretación del texto (leer su comentario de Colosenses).
Una manera válida de interpretar este pasaje en Efesios 5:18 viene al entender mejor la expresión ser llenos del Espíritu. La palabra llenos, del griego plerousthe es un presente imperativo, por lo tanto, no es algo de ‘una vez en la vida’, sino más bien es algo continuo, un patrón regular de vida. Esta expresión describe la naturaleza de lo que procede: “salmos, himnos y canciones espirituales“; es realizar una adoración guiada por el Espíritu, que concierne a lo espiritual y no a lo banal, para la edificación de la iglesia. No exclusivamente a algo que fue inspirado (theopneustos) por el Espíritu ‘una vez en la vida’ (como los Salmos). En cuanto a los dos teólogos anteriormente mencionados, cabe recalcar que John Murray afirma que sus conclusiones no son definitivas, y entiende que estos pasajes podrían implicar otros cantos inspirados aparte de los Salmos. Por su parte, Dr. Clark en su libro Recovering the Reformed Confession, explica que en realidad él no aboga por la Salmodia Exclusiva, pues ve debilidades en algunos de sus argumentos. Por último, hay muchos más teólogos (S.M Baugh, Michael Horton, Ligon Duncan, R.C Sproul, Derek Thomas, etc) que no ven razones exegéticas para afirmar la S.E.
Ahora bien, a pesar de no estar a favor de la Salmodia Exclusiva, definitivamente sí estoy de acuerdo en algo: El problema hoy en día no es que sólo se canten Salmos, sino que ya no se cantan. Necesitamos cantar los Salmos otra vez. Tristemente las iglesias han abandonado tan valiosa (y necesaria) práctica. De todo corazón creo que los Salmos deben regresar a las iglesias cada Domingo. Salmos, himnos y canciones espirituales deben formar parte de la dieta semanal en la Iglesia. Es por esta razón que digo: ¿Salmodia Inclusiva? Sí. ¿Salmodia Exclusiva? No.
El propósito de este artículo es explicar brevemente por qué creemos en la Salmodia Inclusiva. Recordando siempre, que ya sea que practiquemos Salmodia Inclusiva o Exclusiva, seguimos siendo hermanos en la fe. Estamos juntos en la misión de proclamar el Evangelio de Jesucristo y ser fieles a la Palabra de Dios. Citando a mi hermano Alberto Paredes: ”no solo estamos en la misma casa, sino en el mismo cuarto.” Somos parte de la misma familia. Entiendo el celo de mis hermanos, y su deseo de glorificar a Dios. Pero difiero en algunas de sus interpretaciones históricas y sobre todo exegéticas a favor de la Salmodia Exclusiva.
En las siguientes semanas, estaremos revisando este tema a profundidad. ¿Qué dice la Biblia? ¿Qué dice la historia? ¿Qué dice la lógica? ¿Cómo debemos amarnos dentro de este debate? etcétera. Mientras tanto, debemos seguir animándonos a la mutua edificación, y ¿por qué no?, al debate siempre desde el respeto y amor que nos unen en Cristo Jesús, cuidando el testimonio que damos no solo a los de adentro, sino también a los de afuera.
Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con todos, capaz de enseñar y no propenso a irritarse.
2 Tim 2:24