25 May 2022

¿Qué Debo Buscar en Una Iglesia?

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Por Pbro. Wilbur Madera

“No hay iglesia local perfecta” —se nos dice enfáticamente, “si la encuentras, por favor, no te integres a ella, porque la vas a echar a perder”. Todas las iglesias locales genuinas aspiran sinceramente a ser y conducirse de la manera más fiel a la Escritura. No obstante, siempre tendrán aspectos que son perfectibles. Después de todo, ese es parte del espíritu de la Reforma: “La iglesia reformada, siempre reformándose”. En otras palabras, la Iglesia reformada siempre buscará ser cada vez más fiel a la Escritura. 

Aunque no hay iglesia local perfecta, sí podemos evaluar el ser y hacer de una iglesia local siguiendo parámetros bíblicos que nos ayuden a considerar nuestra permanencia e involucramiento. No se trata de ir saltando de iglesia en iglesia, pues ésta no es una actitud sabia ni bíblica; pero tampoco se trata de quedarnos en algún grupo religioso que a todas luces se ha apartado de la verdad. 

¿Cómo pues podemos decidir si debemos permanecer en nuestra iglesia o quizá es tiempo de buscar otro lugar para adorar?

La siguiente lista de criterios de evaluación no es única ni exhaustiva. Ni siquiera creo que exista una iglesia local en la tierra que los cumpla totalmente. Pero espero que al menos nos haga reflexionar sobre nuestro ser y hacer como iglesia, comenzando con la propia. 

Así que, en términos generales, al considerar una iglesia local, busca que sea una…

1. Donde la autoridad suprema de fe y práctica es la Escritura y no la opinión o voluntad del hombre (2 Timoteo 3:16; 1 Pedro 1:19-21). 

2. Donde el Evangelio es central en la predicación y no algún otro mensaje de la inventiva humana (1 Corintios 15:1-4; Gálatas 1:8-9).

3. Donde predicar a Jesucristo es central en todo y no el promocionar la persona del pastor (1 Corintios 1:22-25; 2 Corintios 4:5). 

4. Donde la adoración comunitaria esté centrada en Dios y no en el gusto, placer o conveniencia del hombre (Éxodo 20:1-6; Salmo 115:1-8; Juan 4:23-24). 

5. Donde el énfasis del mensaje sea Jesucristo y su obra de redención y no la obtención de ganancias económicas a través de la fe de los creyentes (Hechos 8:18-20; 20:29-35; Tito 1:10-11). 

6. Donde el liderazgo esté sujeto a un claro sistema de cuidado y rendición de cuentas y no uno donde sea independiente y falto de transparencia (Hechos 15:22; Efesios 5:21, 1 Timoteo 3:1-7; 6:10). 

7. Donde se ve a la iglesia local como conectada a y siendo parte de la iglesia universal de Cristo y no como la única y exclusiva iglesia del Señor (Efesios 4:1-5). 

8. Donde el pecado en la comunidad es reconocido y atendido con la gracia del evangelio, sin que sea pasado por alto, encubierto o dejado sin atención (1 Corintios 5:2; Gálatas 6:1-5; Santiago 5:19-20). 

9. Donde los conflictos se traten bíblica y sabiamente, y no de manera arbitraria o a conveniencia del liderazgo (Mateo 5:9; Mateo 18:15-17). 

10. Donde el ministerio tenga un enfoque en el crecimiento en santidad y no en complacer el gusto y conservar la comodidad de los participantes (1 Tesalonicenses 4:1-8; Hebreos 12:14). 

11. Donde los medios de gracia —la oración, la Escritura, los sacramentos, etcétera— son fomentados y practicados con regularidad, y no son rarezas religiosas (Colosenses 3:15-17). 

12. Donde se reconocen los dones dados por el Espíritu Santo fomentando la participación de los miembros del cuerpo y no se acapara dictatorialmente el ministerio por unos cuántos (1 Corintios 12:12-31; 1 Pedro 4:10-11). 

13. Donde se fomenta el amor fraternal y el cuidado unos por otros en la comunidad y no el distanciamiento entre los miembros del cuerpo (Hebreos 10:24-25). 

14. Donde se ve el ministerio como ser discípulos que hacen más discípulos, y no un concepto consumista y de entretenimiento (Mateo 28:18-20). 

15. Donde se encarna el propósito de Jesús que vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, y no una actitud de repulsión hacia los de afuera necesitados del evangelio (Marcos 2:17; Lucas 15). 

16. Donde se es intencional en buscar las buenas obras como el resultado de la gracia, y que muestren la gloria de Dios en vez de una vida estéril sin buenas obras (Mateo 5:13-16; Efesios 2:8-10). 

Sin duda, la lista no está completa. Pero basten estos puntos para recalcar que incluso la evaluación de una iglesia local debe estar fundamentada en criterios bíblicos. Así que, al decidir entre permanecer o salir de un cuerpo local de creyentes, debemos considerar razones fundamentadas en la Escritura y no en algún capricho o disgusto personal. 

Ser parte de una comunidad cristiana local es necesario e importante para el crecimiento del creyente. Sigamos buscando ser esa iglesia local que glorifica a Dios en todo lo que hace.

El Pbro. Wilbur Alberto Madera Rivas estudió en el Seminario Teológico Reformado de Orlando, Florida. Fue ordenado como Pastor de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México en julio de 1997 como pastor en la INP Shalom, en Mérida, Yuc. En la INP Shalom, el Pastor Wilbur está a cargo de la supervisión de los ministerios de Mujeres, Varones y Matrimonios. Él y su esposa Delia, tienen dos hijos, Josué y Nadia.

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