20 Nov 2020

¿Por qué Estudiar Griego Bíblico?

Por Dr. J. Alberto Paredes

Muchas personas, al enterarse que el Nuevo Testamento fue escrito en una lengua llamada griego koiné, comienzan a pensar en lo fantástico que sería aprender a leer el Nuevo Testamento en su idioma original. Algunos, con mucho trabajo, siguen adelante con ese deseo y logran cosas impresionantes simplemente con un Nuevo Testamento Griego y un diccionario. Pero para la mayoría de nosotros, estudiar griego requerirá de mucho más esfuerzo, y mucha ayuda. Y en ocasiones, ver un texto tan distinto en un idioma que no entendemos puede ser desalentador.

Sin embargo, creo firmemente que cualquier persona que desee aprender el griego del Nuevo Testamento, con la ayuda necesaria, debería intentarlo, y puedo asegurar que será de gran beneficio para su vida.

Por eso, lo que quiero hacer hoy es tomar esta oportunidad para exhortar. Ya sea que estés pensando en leer el Papiro 52, o que sea más una pequeña curiosidad por la lengua griega, mi propósito es animarte a aprender el griego bíblico.

Ahora, antes de hacer esto, debemos aclarar algo muy importante al momento de comenzar a aprender griego bíblico:

El Griego es Difícil

El griego es difícil. Realmente lo es. Sin embargo, esto no significa que el griego no sea para todos. ¡Al contrario! La Palabra de Dios es para todos, no es un secreto oculto al que solo los eruditos tienen acceso. Y la Palabra de Dios en sus lenguas originales debe ser para cualquiera que desee leerla y beneficiarse de ellas. Así que sí, el griego es difícil, pero no imposible. Y lo que esto significa es que para aprovechar este lenguaje tendrás que ser consistente. Ninguna nueva habilidad viene sin sacrificio. Y una vez más, te prometo que al final de tu vida no dirás: “Oh, cómo me hubiera gustado haber pasado más tiempo jugando videojuegos, o leyendo publicaciones en redes, en lugar de leer mi Nuevo Testamento griego.” 

Ahora, tal vez escuchar esto, no suene muy alentador. 

— “Si se supone que debo invertir tanto tiempo y no voy a convertirme en un experto, ¿por qué debería continuar aprendiendo griego de todos modos?” Puedes preguntar.

Bueno, más allá de las razones comúnmente proporcionadas (entre ellas: comprender más el texto, leer lo que los autores bíblicos escribieron de primera mano, y tener mejores bases y argumentos para tu fe), permíteme responder con cuatro razones poco comunes por las que es bueno estudiar griego del Nuevo Testamento.

Aprender Griego nos Recuerda la Imagen de Dios

Aprender griego te hace conocer y expresar mejor la imagen de Dios en la que somos creados. ¿Alguna vez te has preguntado:  ¿cómo es posible que los seres humanos hablen? Bueno, los linguistas a menudo hacen esta pregunta, y hay muchas teorías por ahí que pueden volver locos a cualquier hombre cuerdo con sólo leerlos por cuánto tiempo y complejos son. Y, sin tener en cuenta que puede haber algo de verdad en algunos de ellos, la Biblia nos da una respuesta más simple y concisa, pero profunda. Dios nos ha hecho a su imagen y se imagen. Dios habla; por lo tanto, hablamos. 

Se ha observado que, junto con el relato de la creación, se da un mandamiento a Adán y Eva para que se multipliquen y ejerzan el dominio sobre la tierra. Es esta segunda parte del mandato la que es especialmente interesante para nosotros. La razón es que la facultad del hombre para ejercer el dominio es un reflejo del hecho de que estamos hechos a imagen de Dios. Al mismo tiempo, la forma en que el hombre es registrado como ejerciendo el dominio en el Edén, es precisamente por el uso del lenguaje. 

Y el Señor Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría; y como el hombre llamó a cada ser viviente, ese fue su nombre. Y el hombre puso nombre a todo ganado y a las aves del cielo y a toda bestia del campo, mas para Adán no se encontró una ayuda que fuera idónea para él. Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y este se durmió; y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. Y de la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre. Y el hombre dijo:

Esta es ahora hueso de mis huesos,
y carne de mi carne;
ella será llamada mujer,
porque del hombre fue tomada.

Génesis 2:19-23 LBLA (énfasis propio)

El acto mismo de nombrar criaturas es la demostración de la actividad del dominio humano, que está intrínsecamente vinculada a la imagen de Dios. 

Piensen en eso, podemos haber sido testigos de chimpancés altamente entrenados para ser capaces de imitar y usar una comunicación humana muy básica.  Pero, aparte de esa película de Hollywood de simios, no vemos chimpancés nombrando a otras criaturas. No vemos delfines, criaturas altamente inteligentes como son, componiendo poesía o escribiendo odas a las olas. No vemos loros grises africanos, con todo y su alta capacidad de repetir hasta mil combinaciones de sonidos diferentes, producir nuevas palabras y darles significado. Ni siquiera son capaces de juntar las mil palabras que pueden conocer de nuevas maneras significativas. El animal más entrenado no se puede comparar con la capacidad humana innata y la propensión a aprender, usar e incluso disfrutar y embellecer el lenguaje. En este sentido, nuestra capacidad de aprender, usar y disfrutar del griego koiné es un recordatorio de que Dios nos ha creado especialmente a su imagen y para su gloria.

Aprender Griego nos Recuerda la Soberanía de Dios

Es cierto que la ciencia de la lingüística está interesada sobre todo en un enfoque descriptivo sincrónico del lenguaje. Y lo que significan estas palabras elegantes, es que los linguistas a menudo cortan un momento específico de la historia para observar y describir cómo el lenguaje se comporta (o se estaba comportando) en ese momento dado de tiempo. Mientras que este es el caso también para los eruditos del griego del Nuevo Testamento, queremos traer por ahora a la mente un enfoque diferente para el estudio del lenguaje. Estamos hablando ahora del enfoque diacrónico.  

            En pocas palabras, el enfoque diacrónico va junto con el tiempo, en lugar de cortar a través de él en un momento específico. Por lo tanto, podríamos comparar el enfoque diacrónico con la historia de un idioma, sus orígenes, desarrollo, asentamiento y evolución a lo largo del tiempo. En nuestro caso, este enfoque nos ayuda a reconocer que el griego es una de las lenguas con más atestación gramatical por documentos antiguos para muchos dialectos y épocas. Además, sabemos que el griego koiné era el idioma más usado en la época de Jesús y los apóstoles en el mundo conocido, mientras que al mismo tiempo no era el más difícil de usar (en comparación con, por ejemplo, el dialecto ático del griego). El griego koiné era realmente el idioma del pueblo. Todo esto apunta a una cosa: nuestro Dios es soberano.

            Tanto la simplicidad del koiné, en combinación con los abundantes testigos gramaticales que tenemos para el griego en general, nos ayudan a ser increíblemente precisos en nuestro conocimiento del significado del texto del Nuevo Testamento.  No es casualidad que el griego koiné fuera el idioma elegido. No es casualidad que el griego koiné fuera el idioma del pueblo en el momento de la producción de los manuscritos del Nuevo Testamento. Cuando estudiamos el texto griego, se nos recuerda que Dios es soberano no sólo sobre el fin (la preservación de su Palabra), sino también sobre los medios (de este proceso de preservación).  Esto nos emociona y nos llena de ánimo para aprender los idiomas originales en los que Dios decretó preservar su Palabra.

Aprender Griego nos Recuerda la Unidad de la Iglesia

Aprender griego también nos recuerda que no estamos solos. En la cultura individualista en la que vivimos, tendemos a pensar que todos los cristianos que conocemos son los de nuestra iglesia, tal vez algunos en otras iglesias. Pocos de nosotros pensamos constantemente en los cristianos de otros estados, y mucho menos en otros países. Pero ¿qué hay de los cristianos en otras épocas? 

Así como orar, adorar y predicar son todas actividades que los cristianos de todas las edades han compartido, incluso cuando se hacen de diferentes maneras e idiomas, volver a las lenguas originales es algo que los cristianos han hecho en todas las épocas. Por supuesto, no todos los cristianos de todas las edades lo han hecho; sin embargo, en todas las épocas, existen muchos que lo han hecho. 

Cuando estamos cara a cara con nuestro Nuevo Testamento griego, recordamos a aquellos que nos han precedido, a los que fueron perseguidos por poseer uno sólo de estos libros, a los que estaban escribiendo los manuscritos, muchos que han estado, al igual que nosotros, estudiando el Nuevo Testamento griego en todo momento, para tener una mejor comprensión de la Palabra de Dios. Al estudiar el griego del Nuevo Testamento, lo hacemos uniéndonos a estos creyentes en esta muy especial práctica de la iglesia.

Aprender Griego es un Gran Recurso para la Santificación y la Devoción Personal

Aunque puedes desear ya poder abrir tu Nuevo Testamento griego, sentarte con una taza de café, y leer en silencio de manera continua durante, digamos, veinte minutos, hoy esta realidad está lejos. Y antes de llegar a ese punto tendrás que enfrentar algunos desafíos.

Es posible que necesites aprender nueva fonología, esto es, sonidos con los que actualmente no estás familiarizado, algunas nuevas reglas sintácticas, esta es la forma en que las palabras se relacionan entre sí en una oración o párrafo. Te tendrás que enfrentar al desafío de aprender al menos lo qué son las declinaciones y el sistemas de casos. Tendrás que aprender la diferencia entre el tiempo, el aspecto y el modo de un verbo. Tendrás que aprender un nuevo vocabulario. ¡Incluso necesitarás aprender un nuevo alfabeto!

Una vez más, nada de esto suena muy alentador. Sin embargo, déjame decirte algo. Nunca he pasado tanto tiempo en mi Biblia como comenzó a suceder después de empezar a aprender griego. Nunca he pasado tanto tiempo orando a Dios para que me ayude a entender un determinado texto. Y cuando Él contesta esas oraciones, he podido disfrutar de Él a través de su Palabra como nunca antes. 

Aprender y usar el griego del Nuevo Testamento, cuando se hace con humildad y devoción a nuestro Señor y Salvador, de una manera muy real aviva nuestra comunión con el Dios trino de las Escrituras.

            Permítanme terminar animándote, por tanto, no sólo a aplicar tu mente al estudio de este griego bíblico, sino también tu corazón. Sabiendo que, al estudiar el griego del Nuevo Testamento, recordamos al Dios trino, que nos hizo a su imagen y semejanza, recordamos la providencia del Padre al preservar su Palabra, nos unimos a la iglesia de todas las épocas por la que Cristo también vivió y murió, mientras que el Espíritu nos hace crecer en santidad, para que aprendamos no sólo el griego koiné, sino también a glorificarle y a disfrutar de Él para siempre. 

Médico graduado de la Universidad Anáhuac Mayab. Director y Fundador de Enviados México. Estudiante de Maestrías en Divinidades y en Estudios Teológicos del Seminario Teológico Reformado de Charlotte, Carolina del Norte. Ha publicado entradas en otros ministerios como Dios es Santo; y artículos oficiales en el Christian Research Institute. Pasión creciente por la Palabra, y pasión por su país. Promoviendo la Reforma en México, Por Su Gracia…Para su Gloria.

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