El estudio del griego bíblico puede intimidar a muchos estudiantes de seminario. Si bien es cierto que el Griego es como un muro o un gran obstáculo para muchos, también es cierto que el idioma en sí no se tiene la culpa. ¿Qué quiero decir? El Griego Bíblico es un idioma más. No es un idioma especialmente complejo o que requiera una capacidad extraordinaria para ser aprendido. Como todos los idiomas, necesita dedicación y esfuerzo, pero no necesita dedicación excepcional, ni un esfuerzo excepcional.
Parte del problema, es que nunca nos han enseñado a aprender. Aprendemos por naturaleza, a veces, por necesidad, y cuando la necesidad cesa, nuestra habilidad aprendida puede desaparecer. Esto es lo que sucede en muchos casos con el Griego Bíblico. Estudiamos como nunca porque necesitamos pasar la clase. Necesitamos pasar la clase porque de otro modo no nos graduamos. Necesitamos graduarnos para ser ordenados en el ministerio pastoral. Una vez pasamos la clase, ya no hay necesidad del idioma. Es útil, pero no es necesario; y siendo que hay mil cosas más que atender, lo dejamos poco a poco, a que se desvanezca, hasta que sólo queda la memoria de que alguna vez, aprendimos Griego Bíblico.
¿Cómo podemos evitar esto? ¿Cómo podemos aprender a estudiar el Griego Bíblico y retenerlo para el resto de nuestro ministerio? Permítanme presentar algunas sugerencias.
Establece Metas Trascendentales
Ὁ οὐρανὸς καὶ ἡ γῆ παρελεύσεται, οἱ δὲ λόγοι μου οὐ μὴ παρέλθωσιν. El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. (Mat. 24:35 LBLA)
Cuando establecemos metas terrenales, como pasar la materia, graduarnos, etcétera, la necesidad desaparece tan pronto como alcanzamos esas metas. Sin embargo, la Palabra de Dios es trascendental, por tanto, podemos establecer metas que van más allá. Metas que no acaben durante nuestra vida en esta tierra. Metas que nos lleven a utilizar el texto griego todos los días.
Entre estas metas podemos nombrar:
Fortalecer nuestra vida de oración: Si bien el aprender algo nuevo es difícil, las dificultades nos ayudan a recordar nuestra dependencia de Dios. Esto a su vez nos ayuda a acercarnos a Él en oración, y pedir que nos fortalezca en nuestras debilidades. Por otro lado, la profundidad de nuestras oraciones está directamente relacionada a la profundidad con la que comprendemos el texto bíblico. Al comprender mejor el texto, nuestra oración se verá afectada de forma positiva.
Entender mejor el texto bíblico y fortalecer nuestra doctrina: Tenemos mandatos a guardar el tesoro que nos ha sido encomendado (2 Tim. 1:14) y a presentar defensa de la esperanza que hay en nosotros (1 Pe. 3:15). Esto se verá beneficiado con el estudio de los idiomas originales.
Adorar a Dios: Mientras más comprendemos las particularidades del texto original, más profundo podemos adentrarnos en el conocimiento del Dios que lo inspiró. Mientras más nos adentramos en el conocimiento de Dios, más razones tenemos para adorarle.
Mejorar nuestro devocional: Uno de los puntos de inflexión cuando comenzó mi gusto y gozo por el Griego Bíblico, fue cuando comencé a utilizarlo en mi tiempo devocional. Puedo decir que ese fue uno de los momentos en los que decidí no volver atrás, y utilizar los idiomas bíblicos para el resto de mi vida.
Estos son tan sólo algunos ejemplos. ¿Puedes pensar en alguna otra meta que sea para el resto de la vida?
Repetición, Consistencia y Diligencia
δόλιος οὐκ ἐπιτεύξεται θήρας, καθαρός δὲ ἀνὴρ τίμιον κτῆμα. El perezoso no atrapa presa, pero el diligente ya posee una gran riqueza. (Prov. 12:27 NVI)
¿Cómo aprendiste a manejar? ¿A escribir? ¿A usar tu teléfono? La mayoría de las nuevas habilidades vienen por la repetición. La combinación de una motivación adecuada y el uso diario de una nueva habilidad, nos ayudan a alcanzar cierta fluidez en la misma. Con los idiomas no es la excepción. Cuando dije que el Griego Bíblico no requería de dedicación y esfuerzo excepcionales lo dije en serio. Pero nunca dije que no necesite ningún tipo de dedicación o esfuerzo. Para llegar a la fluidez en el Griego Bíblico será necesario comenzar a usarlo tan pronto nos sea posible (para la mayoría, esto será después del día uno de clase), y no dejar de usarlo después de haber comenzado.
El uso no será igual el día 1 que el día 365. Quizá la primera semana simplemente leamos en voz alta el mismo versículo una y otra vez. Puede que hagamos transliteraciones de cada una de las palabras, aunque no necesariamente comprendamos cada una de ellas. Cerca del día 30, veremos que nuestra fluidez en la pronunciación y escritura será mayor que en el día uno. Además, para el día 45, ya estaremos comenzando a identificar verbos, sustantivos, adjetivos y demás en el texto. Cuando nos demos cuenta, la diligencia y consistencia con la que hemos repetido el ejercicio una y otra vez comenzará a rendir frutos. Como en toda nueva habilidad, el principio es el más complicado, pero la recompensa es poder llegar un día y leer con bastante fluidez algunos de los textos más sencillos. Unos años mas tarde, los más complicados. No hay prisa. Poco a poco, es posible.
Memoria por Vías Múltiples
καὶ ἔσται τὰ ῥήματα ταῦτα, ὅσα ἐγὼ ἐντέλλομαί σοι σήμερον, ἐν τῇ καρδίᾳ σου καὶ ἐν τῇ ψυχῇ σου· καὶ προβιβάσεις αὐτὰ τοὺς υἱούς σου καὶ λαλήσεις ἐν αὐτοῖς καθήμενος ἐν οἴκῳ καὶ πορευόμενος ἐν ὁδῷ καὶ κοιταζόμενος καὶ διανιστάμενος· καὶ ἀφάψεις αὐτὰ εἰς σημεῖον ἐπὶ τῆς χειρός σου, καὶ ἔσται ἀσάλευτον πρὸ ὀφθαλμῶν σου· καὶ γράψετε αὐτὰ ἐπὶ τὰς φλιὰς τῶν οἰκιῶν ὑμῶν καὶ τῶν πυλῶν ὑμῶν.
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos. Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas. (Deuteronomio 6:6-9 LBLA)
No sólo aprendemos por repetición, sino que aprendemos mejor cuantas más vías de aplicación utilizamos. Cuando hablamos de un idioma, por lo menos hay cuatro cosas que podemos hacer: 1) Escuchar, 2) Hablar, 3) Leer, y 4) Escribir.
Si sólo nos sentamos frente al texto en Griego sin leer en voz alta, es decir, sin hablar, y por ende sin escucharnos a nosotros mismos, en ese momento sólo estamos utilizando 1 de 4 vías posibles. Si no escribimos las palabras nuevas de vocabulario que aprendemos una y otra vez, estamos desperdiciando otra vía allí. Buscar formas creativas de utilizar todas las vías posibles nos ayuda a reafirmar el lo que conocemos, y estar expuestos a mayor conocimiento. Actualmente, existen recursos gratuitos que pueden ayudarnos a escuchar el texto bíblico, y siempre podemos escribir nuestras propias oraciones con el vocabulario que tenemos.
Aprovecha Bien el Tiempo
Βλέπετε οὖν ἀκριβῶς πῶς περιπατεῖτε μὴ ὡς ἄσοφοι ἀλλ’ ὡς σοφοί, ἐξαγοραζόμενοι τὸν καιρόν, ὅτι αἱ ἡμέραι πονηραί εἰσιν. Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. (Ef. 5:15-16 LBLA)
Los días son malos, y nos hay tiempo que perder. Sin embargo, esa es una de las características de nuestra generación. Por un lado, somos impacientes y deseamos obtener todo de inmediato. Piénsalo, ¿cuándo fue la última vez que esperaste 15 segundos para que una página de internet cargara? Lo más probable es que hayas buscado otra cosa antes de los 5 segundos, o que hayas considerado pagar un internet más rápido. Por otro lado, perdemos una cantidad de tiempo impresionante en redes sociales. En vez de utilizar nuestros tiempos muertos en el día en algo productivo como leer un pequeño verso, repasar una breve lección o regresar a aquello que se nos dificultó.
En este sentido, mi primera recomendación es que estés preparado para no perder ese tiempo. Familiarízate con recursos que te puedan ayudar a continuar repasando lo aprendido, y aprovecha para “desintoxicarte de las redes”. Mejor aún, busca grupos en esas redes que te puedan ayudar a aprovechar el tiempo! Revisa la lista de recursos al final de este artículo.
Ahora bien, aprovechar bien el tiempo también significa descansar. No tiene nada de malo sentarse una hora a leer griego si se quiere, pero hay formas sabias de hacer eso. Personalmente, encuentro útil una técnica de administración de tiempo llamada “Pomodoro“. La técnica consiste en alternar 35-45 minutos de estudio por 5-10 minutos de descanso. Después de una serie de 4 repeticiones, 20-30 minutos de descanso son requeridos. Esto me ayuda a concentrarme cuando es tiempo de trabajar, y al mismo tiempo a evitar la fatiga. Recuerda que el descanso no es sólo un lujo, sino que es un mandato de Dios (Deu. 5:12-14).
Consideraciones Finales
Estos son solamente algunos consejos, no es una lista exhaustiva, y estoy seguro que saldrán más a lo largo de nuestra vida de estudio del idioma griego. Finalmente, debemos recordar que todo estudio debe ser hecho en un espíritu de humildad, como una herramienta para acercarnos al Señor, y no para producir actitudes que nos alejen de Él. El estudio del griego bíblico debe ser para servir a los santos, y no para destruirlos. Recuerda que con el conocimiento de este idioma, el Señor te pedirá cuenta de cómo lo haz utilizado.
Algunos Recursos y Enlaces de Interés
Ediciones en Griego del Nuevo Testamento