Una Reseña de la Salmodia Escocesa desde John Knox hasta Thomas Manton
Si bien Calvino es conocido como la persona detrás del sistema que conocemos como calvinismo, John Knox es conocido como el hombre detrás del presbiterianismo. Es decir, no hay calvinista más calvinista que Calvino; y no habría presbiteriano más presbiteriano que Knox. Establecer esto es importante, puesto que algunas personas que sostienen la Salmodia Exclusiva, lo hacen de todo corazón pensando que es parte fundamental de la herencia presbiteriana. Es decir, “los presbiterianos siempre han sido Salmodia Exclusiva” —dirán. Pero, ¿qué tal si esto no fuera así? ¿Qué tal si la Salmodía Exclusiva fuera, de hecho, una minoría histórica dentro de la historia del presbiterianismo?
El título de este artículo puede ser algo confuso. Pareciera decir que hubo alguna vez en la que John Knox, el padre del presbiterinismo, cantó incidentalmente un himno. La realidad es que no. No fue una vez, ni fue sólo un día. Para empezar, la historia nos muestra que John Knox se refugió por un tiempo en Ginebra, por lo que lo más natural sería pensar que participó de la liturgia ginebrina de Calvino, la cual incluía algunos cantos aparte de los salmos canónicos. Pero poniendo esto de lado, hemos de decir también que los himnos, junto con los salmos y otros cánticos espirituales han formado parte de la liturgia escocesa desde sus inicios.
La Liturgia de Knox (1554)
El documento conocido comúnmente como La Liturgia de Knox fue escrito por John Knox junto con algunos otros ministros de Escocia entre los años 1554 y 1556. Este documento debe ser tratado aparte, puesto que no es un salterio en sí, sino que dentro de él estaban contenidos los cantos que debían entonarse en la iglesia Escocesa. Este documento es una liturgia completa que incluye, entre otras cosas muy interesantes, tres finales a escoger después del canto de cualquier salmo. Ninguno de estos finales es tomado directamente de la Escritura, sin embrago quizá el más conocido sea el tercer final alternativo que es llamado Gloria Patri:
Gloria demos al Padre, Y al Hijo, Y al Santo Espíritu. Como era en el principio, Es hoy y para siempre. Amén.
Este final aún es cantado hoy en algunas iglesias de Reino Unido, Escocia incluída. También es interesante saber que este orden litúrgico contenía catorce “cánticos escriturales” entre ellos, solamente cinco son métricas de pasajes tomados directamente de la Biblia, ocho más son himnos ya mencionados como Veni Creator y El Credo Apostólico, y el último cántico se titula literalmente “Un Cántico Espiritual”.
Los Inicios del Salterio Escocés (1548-1564)
En sus inicios, la primera versión del Salterio Escocés autorizada fue una conocida como “Sternhold & Hopkins”, llamada así por el nombre de los dos principales traductores y editores de esta. Esta versión prevaleció en la iglesia escocesa desde 1548 y hasta 1562 y solamente contenía 19 salmos de David (Sal. 1, 2, 3, 4, 5, 20, 25, 27, 29, 32, 33, 41, 49, 73, 78, 103, 120, 122 y 138). Otras ediciones fueron complementando a la primera en los años por venir, cada vez con más salmos siendo agregados. Sin embargo, en 1560 se registra la adición de los himnos Benedictus, Magnificat, y Nunc Dimitis, además de la adición de Los Diez Mandamientos, El Padre Nuestro, y los XII Artículos de la Fe Cristiana (El Credo Apostólico) para ser cantados. En la edición de 1561, se agregan El Canto de Simeón y en 1562 se completa la versión que contiene los 150 salmos en métrica para el canto.
Una observación importante de esta versión se encuentra en el prólogo que este salterio es:
…Muy adecuado para ser utilizado por todo tipo de personas en privado para su consuelo y comodidad; poninedo aparte de todas las canciones y baladas impías, que solo tienden a alimentar el vicio y corromper a la juventud.[1]
Esto es importante porque esta versión, no solo cotiene, sino que anuncia desde la portada, que además presenta Un Tratado por Atanasio (Pb. Credo de San Atanasio), Veni Creator, Venite, Te Deum, Benedicte, Benedictus, Quincunque Vult, y otros himnos, seguido de los Salmos. Esto quiere decir, que si bien existía una categoría de cantos y baladas que se concebían como “impías”, éstas no se referían a los himnos y cánticos espirituales contenidos en este salterio. Sin embargo, la realidad es que también dice que eran para uso privado y esta edición salió principalment en la iglesia de Inglaterra, no de Escocia. Así pues queda la pregunta: ¿Adoptó la iglesia Escocesa este salterio con otros cánticos para la adoración pública?
…si bien existía una categoría de cantos y baladas que se concebían como “impías”, éstas no se referían a los himnos y cánticos espirituales contenidos en este salterio.
La historia continúa diciéndonos que en 1564 una reimpresión de esta última versión fue producida en Edimburgo, a cargo de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia con el siguiente título y subtítulo: La Forma de las Oraciones y Ministración de los Sacramentos, &c. (etcétera), usadas en la Iglesia Inglesa en Ginebra, y recibida por la Iglesia de Escocia. En donde además de los libros previos, son añadidos otras oraciones apropiadas con todo el salterio de David en métrica inglesa. (Sin duda les gustaban los títulos largos y precisos).
En diciembre de ese mismo año, la asamblea ordenó que todo ministro tenga este libro en sus iglesias para el uso de la congregación. El Rev. J. W MacMeeken, historiador de la Salmodia Escocesa, agrega el siguiente comentario:
Esta es la edición más temprana que se conoce del salterio utilizada en la iglesia escocesa.
La Versión Autorizada y La Versión del Rey Jacobo VI (1564-1637)
Entre 1564 y hasta 1635 se utilizó una versión autorizada (o una revisión) de la edición de 1564 que además de los 150 salmos en métrica original, contenía algunos otros salmos en una métrica diferente y más moderna (para la época); pero no sólo eso, sino que aún contenía los himnos previamente mencionados, y adicionalmente, se añandió el Cántico de Moisés en métrica, anunciado como “nunca antes impreso”.
Después de esta versión autorizada, la versión del Rey Jacobo VI de Escocia (James VI) también contenía otros cánticos Espirituales. En el Museo Británico, en 1872, se encontraba una copia de esta edición escrita por el mismísimo Rey Jacobo VI que contenía el Cántico de Moisés.
Salterios y Westminster (1639-1781)
Habiendo dado inicio la Asamblea de Westminster, dos cosas importantes se decidieron en cuanto al salterio. En primer lugar, era necesario separar el salterio de David del resto de los cantos para no confundir a las congregaciones acerca de lo que era y no era Palabra de Dios. En segundo lugar, se debía adoptar un salterio oficial recomendado por la Asamblea. Los contendientes fueron: El Salterio de Sir William Mure (1639); El Salterio de Francis Rous 1era Edición (1641-43); El Salterio de William Barton (1644); y El la 2nda Edición del Salterio de Francis Rous (1644). La historia nos dice que fue el Salterio de Rous en su 2nda Edición el que resultó aprobado por toda la Asamblea, no sin dar una serie de dolores de cabeza a los distintos comités encargados de hacer las revisiones a todos los salterios. Pero ese no fue el final de la historia.
Aunque el Salterio de Rous de 1644 fue el único aprobado por la Asamblea, eso no termina de responder la pregunta de si la Asamblea condenaba o no el uso de otros salmos no canónicos.
Bien, para responder esto es importante remontarnos a lo que pasó el día 28 de agosto de 1647. La Asamblea de la Iglesia de Escocia realizada en Edimburgo en preparación para la siguiente Asamblea General a llevarse a cabo en Westminster, escribe y asienta en sus actas oficiales lo siguiente:
…Y la Asamblea recomienda, más aún, que el Sr. Zachary Boyd tenga el trabajo de traducir otros cantos escriturales en métrica, y reporte sus dificultades también a la Asamblea, para que después de su examinación, sean enviados a los presbiterios para su consideración hasta la siguiente Asamblea General.[2]
Es decir, la Asamblea de la Iglesia de Escocia, posiblemente quienes más amaban los Salmos canónicos, no sólo reconocieron la utilidad de otros cantos, sino que comisionaron al Sr. Zachary Boyd, alguien famoso por sus varias traducciones y paráfrasis de cantos no precisamente canónicos, para que trabajara en ellos.
Este suceso es de gran importancia, pues fue un día después de que la Asamblea General de la Iglesia en Escocia aprobara y se sometiera a la Confesión de Fe de Westminster, suceso que quedó grabado el día 27 de agosto de 1647, en la sesión 23, en la que se produjo un documento titulado: “Acto de Aprobación de la Confesión de Fe”. Es interesante notar la manera en la que este documento describe a la Confesión:
…y la Confesión, después de haber sido examinada, siendo encontrada por esta Asamblea como muy acorde a la Palabra de Dios, y en nada contraria a la doctrina, forma de adoración, de disciplina, y de gobierno recibidas por esta Iglesia.
Acto de Aprobación en Edimburgo, Escocia, 27 de ago. 1647, 1 párrafo.
El tema vuelve a tocarse en 1707 y 1708 aún con varios presbiterios faltantes de emitir sus consideraciones. No se escucha más al respecto de esta discusión después en la Asamblea General de Westminster. Probablemente la tarea fue tan ardua, que el Salterio de Rous fue suficiente para terminar la Asamblea de Westminster (en 1653), no porque estuvieran en contra de otros cantos, sino porque el salterio que habían aprobado era lo mínimo suficiente para entregar el documento.
En cualquier caso, este pasaje histórico nos muestra que la iglesia se Escocia estaba interesada en un compendio de canciones que incluyeran los Salmos, tanto como otros cantos cánticos. Prueba final de esto es el hecho de que en 1781 la tarea fue terminada por la iglesia de Escocia, y se imprimió las Traducciones y Paráfrasis en Verso, de varios Pasajes de las Sagradas Escrituras. El producto final fueron 67 paráfrasis y 5 himnos para ser cantados en la adoración pública.
Probablemente la tarea fue tan ardua, que el Salterio de Rous fue suficiente para terminar la Asamblea de Westminster, no porque estuvieran en contra de otros cantos, sino porque el salterio que habían aprobado era lo mínimo suficiente para entregar el documento.
El Comentario de Thomas Manton
Al final del día, el hecho de que la Confesión de Westminster no mencione explícitamente otros cantos espirituales, no nos marca necesariamente una prohibición de estos para ser cantados en la adoración pública. Hemos demostrado esto tanto por la exégesis de los pasajes referenciados, como por los comentarios de los teólogos de Westminster en cuanto a estos pasajes en artículos anteriores. Sin embargo, ahora quiero presentar otro pedazo de historia que nos puede dar luz ante lo que verdaderamente pensaba la Asamblea sobre entonar otros cantos además de los 150 Salmos.
A todo esto, es justo decir que no hemos tratado con todos los textos que presenta la Asamblea de Westminster sobre la cuestión de cantar salmos con gracia en el corazón. Nos hace falta lidiar con el pasaje de Santiago 5:13. Para esto, quiero presentar el comentario de Thomas Manton sobre este pasaje:
Comentario sobre Santiago 5:13: …En segundo lugar, otras personas questionan si podemos cantar otros cantos además los salmos de David…Para aclarar esto: Confieso que no prohibimos otros cánticos, si son serios y piadosos, siempre que sigan buen consejo pueden ser recibidos en la iglesia. Tertuliano muestra en su Apología que esta era la práctica de la iglesia primitiva, tenían la libertad de cantar salmos escriturales o aquellos que eran de composición privada.[3]
¿Por qué nos importa el comentario de Manton?
Thomas Manton es quizá quien mejor representaba los ideales de Westminster. Era tan respetado dentro de los más de 100 teólogos que conformaron la Asamblea, que fue él quien habría de ser elegido para escribir el prefacio a los Estándares de Westminster. Además, junto con todos quienes firmaron, Manton hizo un voto de no hacer ni enseñar nada que vaya en contra de lo que en la Asamblea de pactó.
Thomas Manton como la mayoría de quienes estamos escribiendo estos artículos, tenía sin duda alguna, en más alta estima los salmos canónicos que el resto de las composiciones humanas por el simple hecho de que son, en sus idiomas originales, Palabra de Dios. Sin embargo, ni el ni nosotros encontramos razones históricas ni escriturales para prohibir el resto de los himnos y cánticos espirituales.
Como podemos ver, la historia no nos enseña que la iglesia a la cual pertenecieron los Pactantes Escoceses haya abogado por la Salmodia Exclusiva ni en su mayoría, ni la mayor parte del tiempo. Como siempre, cuando los Estándares de Westminster fueron publciados, hubieron quienes quisieron abogar por la Salmodia Exclusiva, pero estos fuero una minoría dentro de la iglesia de Escocia, que sólo era una parte de la Iglesia Presbiteriana histórica, que es una parte de la representación de Westminster, que solo es una parte de la historia de la Iglesia Reformada, que es sólo una pequeña parte de la Iglesia Universal.
Para Terminar…
Los argumentos más fuertes acerca de la inclusión de otros cantos no inspirados no son históricos, sino bíblicos. Aunque toda la historia nos diera la razón, nuestro principal motivo para incluir otros cantos es la obediencia a la Palabra de Dios. La historia lo único que hace es presentarnos datos. Qué significaron esos datos para los personajes históricos o qué deben significar para nosotros, es algo que debemos determinar a la luz de la Escritura.
Aunque toda la historia nos diera la razón, nuestro principal motivo para incluir otros cantos es la obediencia a la Palabra de Dios.
Con todo, la historia sigue siendo una muy buena herramienta para tratar de analizar lo que podría haber por las mentes de nuestros hermanos del pasado. Y si bien quienes abogan por la salmodia exclusiva tratarán, de una forma u otra, cueste lo que cueste, llegar hasta esa conclusión desde la Biblia, aún es importante que respondan ante las interrogantes que la historia les presenta.
Si la salmodia exclusiva ‘siempre ha sido’ la norma: ¿Por qué no era practicada en el antiguo testamento? ¿Por qué no era practicada en los primeros siglos? ¿Por qué ningún apóstol ni padre de la iglesia condenó las prácticas que se estaban llevando a cabo en este respecto? ¿Por qué los reformadores no llegaron a un consenso en este respecto?¿Por qué los teólogos de Westminster parecen contradecirse en la Confesión y en sus Anotaciones (comentarios)? ¿Por qué los salterios usados por los pactantes escoceses contenían himnos? ¿Es posible que todo esto tenga una explicación? Todo es posible. Pero, personalmente, me parece extremadamente forzado y muy poco probable.
Es más factible que la inclusión de otros cantos sea una práctica que se ha mantenido a lo largo de toda la historia de la iglesia, y que quienes entendían esto en Westminster utilizaron la palabra salmos para referirse a todo tipo de canciones, y no únicamente a los Salmos de David. Esto sería consistente con la interpretación de los textos clave en sus Anotaciones.
En todo caso, aún si Westminster hubiera promovido de forma unánime la salmodia exclusiva, en ese caso prefiero quedarme con los casi 6000 años de historia de una práctica que se encuentra en línea con y obediente a las Escrituras, caracterizando así al pueblo de Dios, aunque esto me cueste diferir en un punto con los teólogos de Westminster. A fin de cuentas, junto con ellos, bíblico como ellos, y presbiteriano como algunos de ellos, prefiero proclamar:
Todos los sínodos o concilios desde los tiempos de los apóstoles, ya sean generales o particulares, pueden errar, y han errado; por eso es que no deben ser la regla de fe o de conducta, sino una ayuda para ambas.
-Confesión de Fe de Westminster XXXI.Sec.3
Notas:
[1] Inglés [antiguo], Lit: Very mete to be used for all sorts of people privately for their solace and comforte; laing a part all ungodly songs and Ballades, which tend only to the nourishing of vice and corrupting of youth.
[2] Assembly Church of Scotland, The Acts of the General Assemblies of the Church of Scotland (New York: Start Publishing LLC, 2013), 475, accessed November 18, 2019, https://public.ebookcentral.proquest.com/choice/publicfullrecord.aspx?p=5700208.
[3] Thomas Manton, A Practical Exposition of the Book of James, vol. IV, The Complete Works of Thomas Manton (Birmingham, Ala.: Solid Ground Christian Books, 2008), 442.
La mayor parte de esta reseña histórica está basada en la obra del historiador en Salmodia Escocesa Rev. J. W. MacMeeken[4] a menos que se indique diferente:
[4] J. W. MacMeeken, History of the Scottish Metrical Psalms; With an Account of the Paraphrases and Hymns and of the Music of the Old Psalter (Glasgow: M’Culloch & Co., 1872).
Para ver un ejemplar de un Salterio con otros himnos y cánticos espirituales incluidos de 1640 haz click aquí.