9 Ago 2020

Devocionales en familia: Santidad

Por Pbro. Luis García

SANTIDAD: UN ACRÓSTICO DE INSTRUCCIÓN Y CONSUELO                                                 

Leamos la Biblia: Romanos 8:28-37 NVI

Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?  ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica.  ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!»  Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Cantemos con gozo: Himno, “Todas las promesas”

Todas las promesas del Señor Jesús son apoyo poderoso de mi fe; mientras luche aquí buscando yo su luz, siempre en sus promesas confiaré.

CORO: Grandes, fieles, las promesas que el Señor Jesús ha dado; grandes, fieles, en ellas para siempre confiaré.

Todas las promesas para el hombre fiel, el Señor en sus bondades cumplirá, y confiado sé que para siempre en él, paz eterna mi alma gozará.

Todas las promesas del Señor serán gozo y fuerza en nuestra vida terrenal; ellas en la dura lid nos sostendrán y triunfar podremos sobre el mal.

Reflexionemos en la Biblia:

Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza” (Rom.5:3-4).

Como podemos ver, el sufrimiento o la tribulación produce santidad en el creyente. No se equivocó Martín Lutero cuando dijo que la oración, la meditación en Biblia y la prueba forman el carácter del cristiano.

Pero ¿cómo utiliza Dios el sufrimiento para obrar esta transformación en nosotros? Veamos la respuesta a través de un acróstico, utilizando la palabra “santidad”.

  • Saber ciertas verdades trasforman nuestra experiencia del sufrimiento.

Romanos 8:28 comienza de esta manera: “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman.”

Si queremos responder correctamente ante situaciones difíciles como las que vivimos hoy, necesitamos saber algunas verdades bíblicas, las cuales nos liberarán de las mentiras que este mundo constantemente quiere que creamos en tiempos de dolor. Tales como, “tú puedes salir adelante, solo cree en ti mismo y vencerás el sufrimiento”.

Ese tipo de consejos son falsos y no ayudan realmente al creyente. Por lo tanto, si queremos que nuestra experiencia de esta pandemia, como de cualquier otra situación de dolor, glorifique a Dios necesitamos saber y creer ciertas cosas. ¿Cuáles son algunas de las verdades bíblicas que debemos conocer y creer firmemente?

  • Amados por el Padre.

En la epístola a los Romanos, Pablo escribe lo siguiente: Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro (Rom.8:38-39).

Una de las primeras cosas que debemos saber y que nos ayudan a crecer en confianza en Dios es que Él nos ama. Ahora bien, su amor no se debe a que haya visto algo bueno en nosotros. Más bien, el Señor nos ama porque soberanamente decidió amarnos en Cristo, de cuyo amor redentivo nadie, incluyendo la muerte, podrá separarnos.

  • Nunca estás solo en el sufrimiento.

Una vez más, Pablo nos ayuda recordándonos esta gran verdad mediante estas palabras: “Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Rom.8:31).

Esta gloriosa verdad nos reconforta, ya que nos afirma que, aunque andemos en valle de sombra de muerte, no debemos temer, ya que Dios, el buen pastor está con nosotros y también está obrando a favor de nosotros, a través de la presencia de su Espíritu Santo.

  • Todas las cosas tienen un buen propósito.

Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien” (Rom.8:28).

El apóstol Pablo nos muestra que para los que aman a Dios, todo lo que pasa en este mundo, el Señor lo dirige hacia un buen propósito. ¿Cuál es esa meta? En el v.29 Pablo nos revela el propósito: “ser hechos conforme a la imagen de Su Hijo.”

En otras palabras, esta pandemia y todo lo que ella conlleva, Dios lo usará para producir en nosotros mayor semejanza a Cristo. Por supuesto, esto significará distintas cosas para cada creyente, debido a que cada cristiano tiene diferentes ídolos en su corazón que la aflicción hará resaltar.

  • Ídolos del corazón se harán visibles.

Cuando hablamos de ídolos del corazón estamos hablando de deseos desordenados y de falsas creencias que gobiernan nuestra vida, en lugar de Dios y la verdad de su palabra. Lo importante que debemos saber sobre la idolatría espiritual es que las circunstancias, en este caso el Covid-19, alumbran nuestro corazón para que podamos ver lo que realmente hay en nuestras vidas, y así nos arrepintamos y crezcamos en santidad.

Estas son, entonces, algunas de las verdades bíblicas que debemos saber y creer con todo nuestro corazón en momentos de aflicción.

Pasemos ahora a las tres últimas letras del acróstico “Santidad”. Lo que veremos a continuación son tres formas de evidenciar una vida santa ante la presente situación del coronavirus.

  • Da gracias a Dios con gozo.

En 1 Tesalonicenses 5: 16-18, Pablo nos exhorta a lo siguiente: “Estén siempre gozosos. Oren sin cesar. Den gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.”

Como podemos ver, el creyente debe dar gracias a Dios en toda clase de situación, incluyendo, en circunstancias de dolor, y hacerlo con un corazón alegre, y no de mala gana o por obligación. Ahora bien, la razón porque la que debe estar agradecido y gozoso en Dios, incluso en situaciones como las que vivimos hoy, es porque reconoce que el Señor está en control y sabe que Dios lo ama en Cristo, que el Señor no lo abandonará y que Dios usará todo para producir en él mayor santidad.

  • Adora en medio del sufrimiento.

“Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra, adoró, y dijo: ‘Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El Señor dio y el Señor quitó; Bendito sea el nombre del Señor’” (1:20-21).

Haríamos muy bien en seguir este ejemplo de adoración a Dios en medio del dolor.

  • Descansa en sus promesas.

¿Son confiables las promesas de Dios? Definitivamente. “Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios” (2 Cor.1:20).

Por esta razón, podemos cantar con gozo que “todas las promesas del Señor serán gozo y fuerza en nuestra vida terrenal; ellas en la dura lid nos sostendrán y triunfar podremos sobre el mal. Grandes, fieles, las promesas que el Señor Jesús ha dado; grandes, fieles, en ellas para siempre confiaré.”

Dialoguemos en grupo:

¿Cómo has respondido ante todo lo relacionado con la pandemia?

¿Cómo te ha ayudado saber estas verdades bíblicas?

Oremos en familia:

Pidamos a Dios que nos ayude a descansar en sus fieles promesas.

Roguemos que el Señor de sabiduría a los líderes de la iglesia respecto a la reapertura de la adoración comunitaria.

Supliquemos que las vacunas que se han desarrollado contra el Coronavirus sean eficaces.

 

Licenciado en Sagrada Teología del Seminario Teológico Presbiteriano San Pablo de Merida, Yucatan y profesor del mismo desde el 2015 en las areas de Biblia y Teología. Pastor ordenado por la Iglesia Nacional Presbiteriana de Mexico desde el 2015 y autor del libro Post tenebras, lux: Recobrando la doctrina reformada. Puedes seguir su contenido en https://www.facebook.com/SoliDeoGloria8/

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