4 Maneras de Honrar a tus Pastores
En las cartas de Pablo a Timoteo y Tito, tenemos muchísimas instrucciones para los pastores sobre cómo debe ser el comportamiento de la iglesia y dentro de la iglesia. Sin embargo, estas cartas no sólo son para que los pastores tengan dirección y guía de cómo la iglesia debe ser llevada por un sendero correcto. También, estas cartas proveen herramientas a la congregación para saber qué esperar de sus pastores y de la iglesia en general.
Sin embargo, en una porción de texto específica de la primera carta a Timoteo, podemos ver instrucciones que Pablo deja, que pueden ser tomadas por la congregación para honrar a sus pastores, y que así la iglesia funcione, en términos generales, de mejor manera.
1. Protege a tus Pastores de la Necesidad Económica
17 Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza. 18 Porque la Escritura dice: No pondrás bozal al buey cuando trilla, y: El obrero es digno de su salario.
1 Timoteo 5:17-18 LBLA
Cuando Pablo utiliza la frase “doble honor” está haciendo referencia tanto a la connotación de respeto como a la connotación financiera de lo que brindar honor quiere decir.
Sabemos que el dinero siempre es un tema sensible. Y antes de que vayamos a lo que Pablo quiere decir, veamos qué definitivamente no quiere decir. Pablo no está diciendo que el dinero es lo más importante. Pablo no está diciendo que los ministros trabajan por dinero. Pablo no está diciendo que debemos buscar las riquezas materiales.
Lo que Pablo sí está diciendo es que una forma en la que la iglesia honra a aquellos que le sirven es preocupándose por su tranquilidad y estabilidad económica. Pablo, de hecho, le está escribiendo a Timoteo para que él enseñe esto al resto de la iglesia. Lo que Pablo está haciendo es valorar el llamado ministerial tanto de los ancianos que gobiernan bien, como de aquellos que se dedican a enseñar y predicar (muy probablemente pastores de tiempo completo).
Muchas personas, aún dentro de la iglesia, no tienen una noción real de todo lo que un pastor tiene que aprender, estudiar, trabajar, y seguir estudiando, para llegar a ser pastor. Como alguien que ha estudiado medicina, les puedo decir que el pastorado es quizá mucho más difícil en muchos aspectos que la vocación médica. Si le pagamos a los médicos por utilizar el conocimiento que tienen para el cuidado de nuestros cuerpos, ¿por qué valoramos tan poco nuestras almas como para no hacer lo mismo para quienes se dedican a cuidar de ellas?
Así que, si bien el dinero no es lo más importante en la vida del pastor, debemos tener por seguro que un pastor trabajará de mejor forma cuando no tiene que preocuparse por cómo le hará para pagar la luz, la renta, o qué le dará de comer a sus hijos. ¿Deseamos que nuestros pastores estén lo más posiblemente concentrados? Proveamos, dentro de nuestras capacidades como iglesia, las condiciones para que esto sea así.
2. Protege a tus Pastores del Pecado
19 No admitas acusación contra un anciano, a menos de que haya dos o tres testigos. 20 A los que continúan en pecado, repréndelos en presencia de todos para que los demás tengan temor de pecar. 21 Te encargo solemnemente en la presencia de Dios y de Cristo Jesús y de sus ángeles escogidos, que conserves estos principios sin prejuicios, no haciendo nada con espíritu de parcialidad. 22 No impongas las manos sobre nadie con ligereza, compartiendo así la responsabilidad por los pecados de otros; guárdate libre de pecado.
1 Timoteo 5:19-22 LBLA
Otra forma muy importante de honrar a nuestros pastores es protegiéndoles del pecado. ¿Cuántas iglesias conocemos que han sufrido las consecuencias trágicas del pecado en la vida de sus ministros? Si bien cada uno de esos ministros que cayó tiene completa responsabilidad de sus decisiones, aquí Pablo también nos llama a nosotros como iglesia a proteger a nuestros pastores del pecado.
En primer lugar, debemos protegerlos de quienes desean pecar contra ellos acusándolos falsamente con chismes y otras artimañas del enemigo (v.19). No prestemos nuestros labios ni nuestros oídos a este tipo de actividades que sólo tienen como propósito destruir la iglesia. La integridad de un ministro es tan importante que para aceptar una acusación contra él, los otros ancianos deben escucharlo por boca de dos o tres testigos de similar jerarquía. Pablo mismo tiene sus tres testigos para que Timoteo obedezca este mandato (v.21 Dios [Padre], Cristo Jesús, y sus ángeles).
En segundo lugar, si resultase cierto que nuestros pastores caen en pecado, y no se quieren arrepentir, la disciplina de la Iglesia es la mejor forma de honrarlos. El resto de los pastores debe exponer públicamente (v.20) el pecado de aquél caído, para que se arrepienta, y para advertir y cuidar al resto de la congregación de caer en algo similar. Lamentablemente, en algunas iglesias, esto no se practica y se protege demasiado la integridad del pastor, más allá de lo que Biblia recomienda. Esto en lugar de ayudar al pastor caído, lo lastima. Y, lo que es peor, deja en entredicho la integridad de la iglesia, y de su amado, que es Cristo Jesús. Ni aún el apóstol Pedro se salvó de una exposición pública de su pecado (Gál. 2:14). ¿Qué nos hace pensar que nuestros pastores merecen algo distinto, o que algo diferente será mejor para ellos? Recordemos además, siempre, que el propósito de la disciplina no es la humillación, sino la restauración a través de buscar el arrepentimiento.
En tercer lugar, la manera más sencilla de proteger a los pastores de caer en pecado, es no llamándolos al ministerio demasiado pronto (v.22). No debemos elegir a nadie como pastor si éste no cumple con los requisitos para ser anciano (1 Tim. 3:1-7).
3. Protege a tus Pastores de la Enfermedad
23Ya no bebas agua sola, sino usa un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.
1 Timoteo 5:23 LBLA
Aunque, a primera vista, parece que esta porción de texto se encuentra fuera de lugar, la realidad es que solamente revela otra forma de honrar a los ministros. Pablo se está preocupando por la salud de su hijo amado, discípulo, y ministro de la Iglesia, Timoteo. Aparentemente Timoteo tenía demasiadas enfermedades relacionadas con su estómago. Pablo, probablemente teniendo cerca a Lucas, el médico, le recomienda una solución a su problema: no beber sólo agua, que muchas veces contenía bacterias; sino beber también un poco de vino. La combinación de alcohol y agua es utilizada aún en nuestro tiempo como método antiséptico.
¿Qué tanto nos preocupamos nosotros por la salud de nuestros pastores? Si algún problema de salud en ellos es evidente, deberíamos actuar como iglesia para ayudar en lo que sea posible.
4. Protege a tus Pastores de la Tristeza
24 Los pecados de algunos hombres son ya evidentes, yendo delante de ellos al juicio; mas a otros, sus pecados los siguen. 25 De la misma manera, las buenas obras son evidentes, y las que no lo son no se pueden ocultar.
1 Timoteo 5:24-25 LBLA
Finalmente, cuando de honrar a nuestros pastores se trata, debemos recordar que ellos se encuentran frente a frente no sólo con la actividad de Dios en su iglesia; lo cual los llenará de alegría, sino al mismo tiempo con todo el pecado y la actividad del enemigo, mientras cuidan a su rebaño de sus ataques, y del mundo que él gobierna (Ef. 2:2).
Pablo conoce los problemas que Timoteo enfrenta. Le ha hablado de falsos maestros, de personas que abandonarán la fe, de personas que le hacen daño a la iglesia. Pablo sabe de traiciones, de ver a sus amigos y discípulos caer en las garras del pecado. Pablo sabe la tristeza que puede causar el ministerio. Por tanto, en estos últimos versos, él anima a Timoteo diciendo:
No te des por vencido, Dios sabe lo que estás pasando, Dios sabe lo que estás sufriendo, Dios sabe lo que estás haciendo por su iglesia, y Él lo tomara en cuenta en el día final. No te rindas. Ánimo.
¿Cuándo fue la última vez que le hablaste así a tu pastor? ¿Cuándo fue la última vez que, no sólo le dijiste que orarías por él, sino que oraste con él, agradeciendo a Dios su labor, y pidiéndole que lo guarde de la tristeza? ¿Cuándo la última vez que le diste las gracias? No por ser el mejor pastor, sino porque, a través de su trabajo, al ser usado como un instrumento del Espíritu, fuiste confrontado con la verdad bíblica y terminaste amando más a Jesucristo. Esto también es honrar a nuestros pastores.
Ora por tus pastores, hónralos como es debido. Preocúpate por ellos. Ámalos. Si bien esta no es una lista exhaustiva, sí es una lista con la que podemos comenzar a honrar a aquellos hombres que dedican su vida al cuidado de la novia de Cristo, preparándola para su llegada, para entregarla como una novia pura y santa, para la gloria De Dios.