El Evangelio para la Gloria de Dios
[Este sermón es una exposición del texto que se encuentra en Efesios 1:3-14, predicado el domingo 2 de Junio como invitado en la Iglesia Reformada Soli Deo Gloria por el Ps. Víctor Rodríguez, de la ciudad de Charlotte, NC; con quienes estoy profundamente agradecido por esta invitación.]
El texto que vamos al que vamos a llamar nuestra atención esta tarde se encuentra en la primera carta a los Efesios en el primer capítulo en los versos 3 al 14. En una actitud de reverencia, les suplico nos pongamos en pie para la lectura de la Palabra de Dios y presten atención a una frase que se repite al final de cada sección:
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en élantes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7 en quientenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, 8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
11 En élasimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, 12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria,nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. 13 En éltambién vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Recuerdo que en mi tiempo como médico interno en el hospital durante el pase de visita en el que presentábamos a nuestros colegas los avances o retrocesos que había tenido cada paciente durante la noche, y después de haber tenido una larga guardia en la salda de urgencia, verdaderamente una de las más complicadas de ese año, uno de mis compañeros de guardia no pudo con el cansancio, se durmió de pie, y cayó encima de uno de los pacientes. ¿Alguna vez has experimentado algo similar? Este sentimiento de que ya no puedes más. Quizá por una situación, quizá por un problema, quizá simplemente el ritmo de vida que llevas. Déjame hacerte una pregunta: ¿Qué es en ese momento lo que te motiva? ¿Qué es lo que motiva tu día a día? ¿Qué es aquello que te mueve a hacer lo que haces? ¿Qué hace que disfrutes cada día? O, permíteme ponértelo de otra forma: ¿Cuáles cosas son aquellas que te pueden arruinar un buen día? ¿Cuáles son algunas cosas que pueden llegar a desmotivarte?
El hombre siempre está buscando algo que lo motive. Y aún así, jamás encontrará, en toda la creación, algo que le sea suficiente motivación.
Algunos pueden decir, “mi familia me motiva” pero sólo lo hace hasta que pecan contra ti. Tu esposa puede motivarte hasta que te falta al respeto. Tu esposo puede ser tu motivación hasta que no te ama como debería y no te sirve como la Biblia manda. Tus hijos pueden ser tu motivación hasta que se rebelan contra ti. “¡Mi carrera, o mi oficio me motiva!” otro puede decir. Y esto puede ser cierto, hasta que hay una temporada baja en el trabajo, no te dieron la promoción que deseabas, o simplemente las cuentas no dan. Y así podemos seguir por cada una de las cosas que cualquier persona pueda ver como su motivación en esta tierra.
El apóstol Pablo comprende esta situación y escribe esta maravillosa porción de la carta a los Efesios. Pero para comprender mejor el texto que tenemos por delante, es necesario hacer unos breves comentarios sobre el contexto en el cual fueron escritas estas palabras. En primer lugar, el tema central de la carta es llamar nuestra atención a la realidad de que todas las cosas encuentran su propósito en Cristo. Encontramos términos como “en Cristo” en múltiples ocasiones a lo largo de esta carta, y cosas como que ahora Dios nos ha hecho un solo pueblo en Él, y básicamente lo que Pablo quiere mostrarnos con esto es que es Cristo quien está por encima de toda la creación, y que toda la creación está hecha para Su gloria.
Además de esto, debemos saber que la carta está dividida en dos grandes porciones. La primera mitad, los capítulos 1-3 nos dan los fundamentos de la vida cristiana. Es decir, aquellas cosas básicas sin las cuales no podremos vivir para la gloria de Dios. Por otro lado, los capítulos 4-6, ya habiendo presentado los fundamentos nos dan instrucciones específicas sobre cómo vivir nuestra nueva vida en Cristo.
Así pues, nuestro texto se encuentra en la primera porción de la carta y es profundamente interesante pues hablando sobre aquellas cosas básicas que la iglesia debe saber para poder vivir una vida que agrade a Dios el apóstol comienza por presentar una verdad. Y es mi propósito esta tarde no solamente comunicarte esta verdad, sino convencerte de que la única motivación segurapara el hombre es reconocer que toda bendición espiritual le ha sido dada en Cristo y es para la gloria de Dios.
Y es precisamente así como el apóstol Pablo, desde su arresto en Roma, en una situación tremendamente difícil, probablemente mucho más complicada que la que cualquiera de nosotros presentamos hoy comienza con una declaración de alabanza a Dios diciendo:
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo…
Pablo inicia llamando nuestra atención hacia el Padre, la primera persona de la trinidad, y continuará explicando exactamente en qué consisten las bendiciones que Dios el Padre ha traído para nosotros, su pueblo, así como la razón (el porqué) y el propósito (para qué) de haberlo hecho así. Notemos también que Pablo habla en pasado.
…nos bendijo con toda bendición espiritual…
Es decir, el Padre ya nos ha bendecido con toda bendición espiritual. No es algo que vaya a ocurrir en un futuro, y tampoco le hizo falta ninguna bendición. Es una obra terminada, es una realidad establecida y algo que, como veremos más adelante, no puede ser removido. Esta verdad es, de hecho, el fundamento por el cual nosotros podemos confiar en estas bendiciones como una motivación perfecta, segura e infalible. Porque no es simplemente una promesa sin cumplir, no es algo que no puedas experimentar todavía, ni algo que estemos esperando a ciegas.
Existe un anuncio de un sistema de ventas en línea que apela justamente a esta inseguridad y pregunta si alguno de tus temores de comprar la línea es que no sabes si el artículo llegará, o si llegará en buenas condiciones, o si será exactamente como lo anuncian.
Bueno, las bendiciones con las que hemos sido bendecidos en Cristo no son de esta manera, sino que la más grande bendición ya ha sido obtenida en Cristo y es una realidad presente hoy en nuestras vidas.
Y ¿en qué consiste esta bendición?
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogióen élantes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor…
En primer lugar, la obra, y la bendición del Padre, consisten en su elección. Su obra, y su bendición consisten en que desde antes de la fundación del mundo, el me conoció a mi y te conoció a ti y a todos los que hoy confesamos verdaderamente a Cristo como nuestro Señor y Salvador, y habiendo visto nuestra naturaleza caída, caracterizada totalmente por el pecado, habiendo visto nuestra depravación y nuestra miseria como pecadores delante de Él, aún así nos escogió. Un pueblo depravado, impuro y sucio, Él escogió. Pero nos escogió con un propósito:
para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor…
¡Qué glorioso propósito hermanos! El Padre eligiendo un pueblo impuro para santificarlo, eligiendo un pueblo sucio para lavarlo y eligiendo un pueblo lleno de odio y de pecado, para que actúe ahora en amor.
Ahora, esto no es todo, puesto que hay otro inconveniente: Verán hermanos, el mayor problema del no creyente no es que sea huérfano y esté enfermo espiritualmente. Si el día de hoy no has creído en Cristo Jesús como tu Señor y Salvador este no es tu problema. El no creyente tiene un padre, la Palabra dice que es hijo de su padre el Diablo y que está espiritualmente muerto, por lo que no puede hacer absolutamente nada para salvarse a sí mismo y no puede ser santificado y limpio en esta condición. Esta, hermano era tu condición, y mi condición. Pero aquél que nos eligió para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, lo hizo…
…habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo…
El Padre nos eligió para darnos una nueva naturaleza en Cristo para que, por medio de Él, aquellos que antes eran hijos de desobediencia y seguían a su padre, Satanás, que estaban muertos en sus delitos y pecados, ahora tengan vida, y sean adoptados como hijos de Dios y coherederos con Cristo.
¿Cuántas veces te detienes a pensar, en medio de la aflicción, en medio de la prueba, en medio de las vicisitudes de la vida, te detienes a pensar en la maravillosa bendición que implica el haber sido elegido en Cristo? ¿Cuántas veces te detienes de tu apresurada agenda para agradecer a Dios tan tremenda bendición? ¿Qué tan frecuentemente tomas en cuenta esta bendición como la motivación para vivir una vida agrade a Dios, aún cuando esto sea “difícil” para ti? En la mayoría de los casos, no las suficientes.
Y para aquellos que en algunos momentos son tentados con pensamientos o actitudes que dejan ver orgullo en su carácter, la razón por la que el Padre te eligió, si es que te ha elegido, no es por nada que tu hayas hecho y no es para tu gloria. Sino que es…
…según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia…
Fue por Él y para Él, no por ti ni para ti. De hecho, no solamente debemos detenernos a reflexionar y agradecer el hecho de que Dios Padre nos eligió en Cristo, sino que debemos vivir manifestando una vida de adoración que reconozca esta verdad para la gloria de Dios. Y sólo para su gloria. Para la alabanza de la gloria de su gracia, porque es solamente a través de esta gracia que hemos sido hechos aceptos en el Amado, eso quiere decir que Dios nos ha llenado de su favor en Cristo.
Y si has pensado en algún momento que no conozco tu situación o que no hay forma que este mensaje te motive a seguir adelante cargando tu cruz déjame recordarte ahora, a través de las palabras del apóstol la obra y la bendición de la persona del Hijo, dónde el nos dice que en Él:
…tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados…
¿Crees que vivir una vida que glorifique a Dios es difícil para ti? Cristo tuvo que morir. Y no simplemente murió, el fue asesinado. Fue clavado a un madero por tus pecados y los míos. Fue asesinado porque solamente de esa manera, sólo por su sangre, habría redención y perdón de pecados para aquellos que el Padre eligió. Esta es la obra del Hijo. Esta es la bendición que tenemos en Cristo. ¿De dónde viene un amor tan grande? ¿De dónde viene una obra tan perfecta? La Palabra nos dice que este sacrificio para perdón de pecados fue hecho:
…según las riquezas de su gracia, 8 que hizo sobreabundar para con nosotros…
¿Alguna vez han podido ver, aunque sea en imagen, las cataratas del Niágara? Este tremendo caudal de aguas que caen desde una altura impresionante es tan grande, que cuando uno se va acercando, aun antes de poder ver las mismas cataratas, el sonido del agua cayendo te alcanza a cientos de metros de distancia. Y al acercarse, uno debe hacerlo con un paraguas en mano, ya que la cantidad de agua que cae y la fuerza con la que lo hace es tal, que el rocío que levanta cubre todos los lugares aledaños calles, negocios, todo. Es un espectáculo maravilloso de la creación, pero aún esto se queda corto en comparación con la gracia que Dios ha derramado sobre nosotros. Los torrentes de los cuales fluyen las riquezas de la gracia de Dios son infinitamente superiores. Y la Palabra continúa diciendo que lo ha hecho…
…en toda sabiduría e inteligencia, 9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
Y una vez más vemos que el origen de esta salvación tan grande no se encuentra en nosotros, sino que es extra nos. Está fuera de nosotros, pero aquí Pablo no sólo nos muestra que esta obra maravillosa está fuera de nosotros, sino que está en Dios.
…según las riquezas de sugracia… 9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo…
Verdaderamente no existe una sola cosa que nosotros aportemos a nuestra salvación. Ciertamente no son nuestras obras. Tampoco es nuestra fe ya que el propio Pablo en esta misma carta unos versos más adelante nos indica que la fe es un don de Dios justamente para que nadie tenga de qué gloriarse.
Y como comentábamos en un principio, cuando el apóstol habla del misterio revelado, de reunir todas las cosas en Cristo, las que están en los cielos y en la tierra, lo que nos está mostrando es la preeminencia y la supremacía de Cristo: El hecho de que Cristo está por encima de todo y que absolutamente todo funciona para Su gloria. Lo que nos enseña el apóstol es que cuando se cumplió el tiempo indicado, Cristo, por medio de su cruz, manifestó la realidad eterna de que el es Rey por encima de todo lo que existe. Y lo hizo redimiendo para sí un pueblo por su sangre.
Esta es la obra y la bendición de Cristo, y a continuación el apóstol Pablo resume la obra del Padre y del Hijo de la siguiente manera:
11 En él[esto es, en Cristo] asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad [este es el Padre]…
Fijémonos en la dinámica de las acciones que involucran nuestra salvación. Dios siempre es activo, siempre está haciendo algo para nuestra salvación y nosotros, en cuanto a esta salvación somos pasivos. No hacemosnada, sino que recibimos las acciones de Dios. El Padre activamente nos eligió, según su voluntad, nosotros pasivamente fuimos elegidos. El Hijo, activamente, nos redimió muriendo por nuestros pecados, y derramando su sangre en la cruz, nosotros, pasivamente, fuimos redimidos. Dios activamente derrama su bendición sobre nosotros; nosotros, pasivamente, recibimos esa bendición.
Pero ¿por qué? ¿Por qué hacerlo de esta manera? ¿Por qué no exigir al hombre algo en sí mismo para ser salvo? Bueno en primer lugar, por la condición que describimos en un inicio, estamos muertos en nuestros delitos y pecados y somos hijos de desobediencia, pero, por otro lado, la razón por la cuál la salvación es del Señor, esto quiere decir, que sólo Él obra en nuestra salvación y nosotros solo la recibimos es expuesta de nuevo en el siguiente versículo:
12a fin de que seamos para la alabanza de su gloria…
Nosotros recibimos su bendición, para que Él reciba toda la gloria. Y este es un buen momento para recordar aquello de lo que estoy tratando de convencerlos esta tarde, que la única motivación segura para el hombre es reconocer que toda bendición espiritual le ha sido dada en Cristo y es para la gloria de Dios.
Y quizá suene como demasiado el asegurar que es la única motivación seguray que es para todos los hombres. Después de todo, no todos son elegidos para salvación. No todos pueden reconocer haber recibido estas bendiciones espirituales en Cristo. Y este es precisamente el punto. Si tu no puedes reconocer la realidad de que has recibido toda bendición espiritual en Cristo, déjame decirte que estás condenado a la desesperación. Puesto que puedes tratar de buscar tu motivación para la vida en otras cosas, no solamente en familia o trabajo, sino en relaciones, lujos, placeres, excesos, un estilo de vida, y para tu desgracia llegará el punto en que te des cuenta de que nada de eso podrá satisfacer tu vida. Y si eres creyente, permíteme recordarte aquel momento en el que el Espíritu reveló esta verdad a tu vida, y permíteme preguntarte si en algún momento has olvidado las bendiciones del Señor, y has extrañado tu vida pasada, con sus ídolos y sus vanas motivaciones.
Nosotros, la iglesia, hemos sido redimidos por Dios y para la gloria de Dios. Pablo dice que esto es verdad para los judíos, los que primeramente esperaban en Cristo. Pero también para ustedes,
…habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de su salvación, y habiendo creído en Él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa…
El Padre nos eligió, el Hijo nos redimió y el Espíritu Santo a través de la predicación del evangelio aplica, sella, firma esta redención en la vida de los elegidos. Esta es la obra y la bendición del Santo Espíritu de Dios, que ahora habita en nosotros como la garantía, las arras, de la herencia prometida. Porque ciertamente las bendiciones que tenemos ahora y son una realidad son bendiciones espirituales, sin embargo Dios nos ha prometido, hermanos, que llegará el día en el que Él enjugará toda lágrima de nuestros ojos, donde las enfermedades terminarán, donde a la iglesia, a los elegidos, aquellos que han sido redimidos para salvación, y santificados y limpios, a la novia de Cristo le será permitido vestirse de lino fino, blanco y resplandeciente para recibir al Rey de reyes y Señor de señores, y celebrar juntos las bodas del Cordero. Existe una promesa que nos espera. Existe una bendición física y material que nos aguarda con cuerpos glorificados para recibir a nuestro Señor. Y mientras tanto, hasta que sea el tiempo de redimir, de reclamar, esa posesión que ha sido adquirida por Cristo, el Espíritu Santo nos ha sido entregado como garantía. Esta es la obra y la bendición del Espíritu Santo.
Y ¿para qué?
…para la alabanza de su gloria.
Esta gloria es algo que el hombre en su condición de pecado detesta reconocer como algo que le pertenece al Señor. En nuestro orgullo y egoísmo nos encanta pensar que todo ha sido planeado para mí, o para ti. Somos como aquel bebé que apenas acaba de comenzar a hablar y en su limitado vocabulario solo sabe decir mío. ¿Salvación? Mía, yo la quiero. ¿Bendición? Mía. Yo la quiero. ¿Promesas? Mías, yo las quiero. ¿Gloria? Mía también. Yo la quiero. Pero la gloria jamás será para nosotros.
Esta es la tercera vez que el apóstol Pablo utiliza esta frase en esta porción de texto. Él nos muestra la obra del Padre, que nos eligió en la miseria de nuestro pecado, para hacernos santos y nos adopta en Jesucristo, haciéndonos hijos, y nos dice que es para la alabanza de la gloria de sugracia. Pablo nos explica la obra del Hijo diciéndonos que fue muerto para nuestra redención y que por su sangre nuestros pecados son perdonados, y nos afirma que es para la alabanza de sugloria. Y finalmente nos muestra la obra y bendiciones del Espíritu Santo, quien obró en nuestros corazones al escuchar el evangelio de nuestra salvación y quien obra como sello y garantía de las promesas venideras y nos muestra que son para la alabanza de sugloria.
Hermano, permíteme explicarte por qué las bendiciones recibidas en Cristo son una motivación perfecta e segurapara el creyente: Porque la Gloria de Dios está en juego.
Estas bendiciones son bendiciones seguras porque de lo contrario Dios pierde su gloria. Estas bendiciones son seguras porque el propósito es que Dios sea glorificado. Y si existe algo que Dios jamás va a conceder, por ningún motivo, es que su gloria sea degradada, disminuida, o vencida. Nunca. Porque Él ama su gloria.
Para el no creyente, egoísta y orgulloso que busca todo y hace todo por sí mismo y para sí mismo esto es una aberración, y no puede concebir que la gloria sea para Dios, y, por tanto, detesta a Dios aún más. Si esta es tu condición, te invito a que te arrepientas, si estas palabras tocan tu corazón y reconoces que has vivido de esta manera, en rebeldía contra el Rey, tratando de hacer todo para tu gloria y encontrando cada vez que el único fruto de esto es la desesperación, y estás cansado, ven. Hay lugar en la iglesia, para otro pecador arrepentido. Después de todo, eso es lo que somos, pecadores, arrepentidos, redimidos por nuestro Salvador. Y si no, en amor, permíteme recordarte, que hay consecuencias, y que para aquellos que vivan perpetuamente en rebeldía contra el Creador, la Palabra asegura que para ellos será el lloro y crujir de dientes.
Pero para el creyente, para ti, amado, si has sido elegido en Cristo qué maravilloso y tranquilizante es escuchar que la Salvación es Sólo para la Gloria de Dios: Soli Deo Gloria.
Por eso hermano, si estás cansado, descansa en el Señor, y recuerda, Soli Deo Gloria. En medio de la prueba, encuentra paz en Dios y recuerda, Soli Deo Gloria. Cuando seas ofendido o atacado por tu fe, recuerda, Soli Deo Gloria. En medio de cualquier situación, recuerda que la única motivación segurapara el hombre es reconocer que toda bendición espiritual le ha sido dada en Cristo y es para la gloria de Dios. Soli Deo Gloria.