25 Jun 2019

Historia de la Iglesia (La Reforma Protestante)

El siguiente episodio de la historia de la Iglesia gira en torno a dos eventos muy importantes: El descubrimiento y conquista de América y la Reforma Protestante. ¿En qué consisten estos eventos? A continuación, una respuesta.
Por Pbro. Luis García

El siguiente episodio de la historia de la Iglesia gira en torno a dos eventos muy importantes: El descubrimiento y conquista de América y la Reforma Protestante.

La Conquista

La conquista de América comenzó precisamente al mismo tiempo en que, bajo Isabel y Fernando, España comenzaba a surgir como una gran potencia europea. Inmediatamente después del primer viaje de Colón, se comenzó a organizar la empresa colonizadora mediante una serie de bulas o decretos papales.

La conquista española empezó por las Antillas (Islas del Caribe). De allí pasó a México (1521), donde se destacó la labor de Fray Juan de Zumárraga, y de donde partieron otras empresas colonizadoras y misioneras. Tanto de México como de las Antillas se emprendieron empresas semejantes hacia Panamá y Centroamérica, así como hacia Nueva Granada (Colombia). En este último territorio la obra de San Luis Beltrán entre los indios y de San Pedro Claver entre los negros fueron los más notorios.

El vasto reino de los incas fue conquistado en 1532, a lo que siguió un confuso período de guerras civiles. A la postre se estableció el Virreinato del Perú.

Al mismo tiempo que se llevaba a cabo esta empresa española, había también expansión colonial y misionera hacia el África, donde los portugueses se establecieron en el Congo, Angola y Mozambique. Luego continuaron hacia el Asia, donde se distinguió el misionero jesuita San Francisco Javier. Fueron también los Portugueses quienes se establecieron en el extremo oriental de Sudamérica, dándole origen a lo que hoy es Brasil.

La Reforma Protestante

Tras una larga peregrinación espiritual, Lutero llegó por fin al convencimiento de que la salvación es por sola gratia, mediante la sola fide. Esto le llevó a protestar contra la venta de indulgencias, y contra toda la teología que se encontraba tras ella. Estas protestas las resumió en sus 95 Tesis y en octubre 31 de 1517 las clavó en las puertas de la iglesia de Wittenberg, y de manera oficial fue en esa fecha que dio inicio la Reforma Protestante.

Al comienzo de la Reforma siguieron años de incertidumbre. Por un tiempo, tras la Dieta de Worms (1521), Lutero estuvo exiliado en Wartburgo. Luego se produjeron una serie de acontecimientos importantes: la rebelión de los campesinos, la ruptura entre Lutero y los humanistas al estilo de Erasmo, y la creciente presión contra los protestantes por parte del emperador Carlos V y otros príncipes católicos. Esto dio lugar a la Confesión de Augsburgo, en la que los principales príncipes protestantes declararon y expusieron su fe.

Además, se organizaron en la liga de Esmalcalda, cuyo propósito era defender a los príncipes protestantes frente a las amenazas de los católicos. Tras largos conflictos tanto políticos como armados, se llegó por fin a la Paz de Augsburgo (1555), que les garantizaba a los príncipes protestantes el derecho a su religión.

Ya para entonces Lutero había muerto (1546). Su principal sucesor, Felipe Melanchthon, era más moderado que el gran Reformador. Por esta causa y otras se produjo una serie de controversias entre luteranos, hasta que se llegó a la Fórmula de Concordia, en el 1577.

Sin embargo, no todos los que abandonaron el catolicismo romano se hicieron seguidores de Lutero y de sus puntos de vista. Pronto surgió otro movimiento en Suiza, bajo la dirección primero de Ulrico Zwinglio, y luego de Juan Calvino, que dio origen a las iglesias que hoy llamamos reformadas y presbiterianas.

Zwinglio, el reformador de Zurich, venía de un trasfondo humanista y llegó a conclusiones semejantes a las de Lutero por un camino distinto. Su interés estaba principalmente en retornar a las fuentes del cristianismo y por tanto rechazaba todo lo que no se encontrara en el Nuevo Testamento. Fue también un fogoso patriota, y murió en el campo de batalla.

El gran líder de esta tradición en la próxima generación fue Juan Calvino. Aunque natural de Francia, Calvino fue dirigente de la reforma en Ginebra, Suiza. Su posición, más moderada que la de Zwinglio, puede verse en su magna obra, Institución de la religión cristiana, cuya primera edición no era sino un libro de bolsillo, y terminó siendo un libro de cuatro gruesos tomos. En ellos Calvino sistematizó la teología reformada, que pronto encontró seguidores, no solo en Suiza, sino en todo el resto de Europa.

¿De cual de estas dos herencias históricas (luterana o calvinista) es tu Iglesia? Dínoslo en los comentarios.

Referencias

González, J.L. (1995) Bosquejo de Historia de La Iglesia. Decatur, GA: Asociación para la Educación Teológica Hispana

Licenciado en Sagrada Teología del Seminario Teológico Presbiteriano San Pablo de Merida, Yucatan y profesor del mismo desde el 2015 en las areas de Biblia y Teología. Pastor ordenado por la Iglesia Nacional Presbiteriana de Mexico desde el 2015 y autor del libro Post tenebras, lux: Recobrando la doctrina reformada. Puedes seguir su contenido en https://www.facebook.com/SoliDeoGloria8/

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