28 Jun 2020

Devocionales en familia: Isaías 6:1-13

Por Pbro. Luis García

LA SANTIDAD Y LA GRACIA DEL SEÑOR

POR EDDIE LÓPEZ

❖ Leamos la Biblia: Isaías 6:1-13 RV60

En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad. Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador, y no haya hombre en las casas, y la tierra esté hecha un desierto; hasta que Jehová haya echado lejos a los hombres, y multiplicado los lugares abandonados en medio de la tierra. Y si quedare aún en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruida; pero como el roble y la encina, que al ser cortados aún queda el tronco, así será el tronco, la simiente santa.

❖ Cantemos con gozo: Himno, “Santo, Santo, Santo”

¡Santo, santo, santo! Señor omnipotente, siempre el labio mío loores te dará.
¡Santo, santo, santo! Te adoro reverente, Dios en tres personas, bendita Trinidad.

¡Santo, santo, santo! La inmensa muchedumbre de ángeles que cumplen tu santa voluntad. Ante ti se postra, bañada de tu lumbre, ante ti que has sido, que eres y serás.

¡Santo, santo, santo! Por más que estés velado e imposible sea tu gloria contemplar. Santo tú eres solo y nada hay a tu lado en poder perfecto, pureza y caridad.

¡Santo, santo, santo! La gloria de tu nombre vemos en tus obras en cielo, tierra y mar ¡Santo, santo, santo! Te adorará todo hombre, Dios en tres personas, bendita Trinidad.

❖ Reflexionemos en la Biblia: Isaías 6:1-13

La frase “el Santo de Israel” aparece treinta y tres veces en el Antiguo Testamento y veintiséis de ellas se encuentran en el libro que escribió el profeta Isaías. Esta fue la frase preferida del profeta para hablar de Dios debido al encuentro, registrado en el capítulo 6, que sostuvo con Él. Un encuentro que cambió su vida.

El Rey santo y la respuesta de un hombre pecador

El encuentro entre Dios y el profeta Isaías fue a través de una maravillosa, pero al mismo tiempo, aterradora visión. Isaías vio al Señor en su templo real “sentado sobre un trono alto y sublime y sus faldas llenaban el templo” (v.1). Estas palabras describen al Señor como el gran y único soberano de toda la tierra, que desborda de importancia, majestad y esplendor. Dicho de otra manera, esta escena de la visión nos indica que Dios estaba revelándose a Isaías como el Rey esplendoroso y majestuoso que gobierna el universo.

Pero esto no es todo lo que vio Isaías. Él también observó a seres celestiales, a “serafines”, que estaban por encima de Dios. “Cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban” (v.2). Estos seres celestiales se cubrían sus rostros y pies como muestra de humildad y reverencia ante la majestuosa santidad del Rey.

Su función era adorar al Señor. “El uno al otro daba voces” es decir, de manera continua y alterna entonaban: “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria” (v.3). La palabra “santo”, en hebreo qadosh, significa apartado o separado. Así que, con esta palabra los serafines estaban declarando que el Señor es alguien que está ontológicamente apartado de la creación, existiendo en una categoría única de eterna, inmutable, suprema, e infinita majestad, como también absolutamente separado de todo pecado e impureza moral.

Como podemos ver, el profeta Isaías se estaba encontrando con alguien superior a cualquier otro rey de la tierra. Él estaba ante la presencia del Rey de reyes que es tres veces santo. Es por eso que no ha de sorprendernos su reacción. En vez de que Isaías se uniera al canto de los serafines, él gritó aterrado “¡Ay de mí! que soy muerto” (v.5). Isaías sabía que no podía unirse a ese hermoso canto, sino que debía de morir en ese mismo instante porque era un hombre “inmundo de labios” que vivía en medio de un pueblo de “labios inmundos” y había visto al Rey. Estar en la presencia santa del Rey de reyes le hizo comprender la profundidad de su pecado, de tal manera que reconoció que lo que merecía era la muerte.

El Rey de gracia y la actitud de un hombre perdonado

Sin embargo, este hombre pecador no solo experimentaría la presencia santa del Rey de reyes, sino que también experimentaría Su gracia sublime.

Cuando Isaías esperaba caer muerto uno de los serafines tocó sus labios con un carbón encendido tomado del altar (v.6), y escuchó las siguientes palabras que calmaron su corazón: “He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado” (v.7). Con estas palabras Isaías entendió que Dios mismo había perdonado su pecado y eliminado su culpa.

Después de este maravilloso y dulce momento, Isaías escuchó al Señor decir: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? (v.8). Entonces Isaías, sin saber la naturaleza, la dificultad o cualquier otra cosa relacionada con la misión divina respondió de manera inmediata y voluntaria: “Heme aquí, envíame a mí”.

Ante la inmerecida gracia del Señor, Isaías estaba lleno de gozo y gratitud que se reflejó en una actitud de servicio voluntario. Estaba dispuesto a servirle al Señor toda su vida. Y así fue, Isaías pasó a ser el portavoz del Rey santo que anunció juicio (v.9-12) a un “un pueblo de labios inmundo,” pero que también anunció las buenas de paz: que Emmanuel, el retoño de Isaí, el siervo sufrimiento vendría a traer salvación a “la simiente santa” (v.13).

Como podemos notar, hubo dos respuestas por parte del profeta Isaías. La primera respuesta ante la presencia santa del Rey de reyes fue una confesión sincera de pecado y la segunda respuesta ante la gracia de este Rey santo fue una disposición voluntaria y gozosa para servirle.

Aunque hoy no podemos tener una visión como la que tuvo el profeta Isaías, sí podemos conocer más de la santidad y gracia de nuestro Señor a través de Su Palabra. Esto a su vez nos llevará a un reconocimiento más profundo y una confesión sincera de nuestro pecado. Y ante su inmerecida y hermosa gracia, el gozo y la gratitud por el perdón de pecados se reflejará en una vida de santidad y de servicio voluntario al Señor.

❖ Dialoguemos en grupo:

¿Cuál es la relación que existe entre una adecuada compresión de la santidad de Dios y una confesión sincera de pecados?

¿Cómo sueles expresarle al Señor tu gratitud y gozo por la salvación?

❖ Oremos en familia:

Pidamos al Señor que nos ayude a conocer más de su santidad a través de la Biblia.

Roguemos que el Espíritu Santo nos capacite para vivir de manera santa y en servicio al Señor.

Supliquemos que el Señor bendiga con sabiduría a los líderes de las iglesias en sus decisiones sobre la reapertura de la adoración comunitaria.

Licenciado en Sagrada Teología del Seminario Teológico Presbiteriano San Pablo de Merida, Yucatan y profesor del mismo desde el 2015 en las areas de Biblia y Teología. Pastor ordenado por la Iglesia Nacional Presbiteriana de Mexico desde el 2015 y autor del libro Post tenebras, lux: Recobrando la doctrina reformada. Puedes seguir su contenido en https://www.facebook.com/SoliDeoGloria8/

Otros artículos

bench man people woman
Adoración Familiar

Postura y Oración

¿Es importante nuestra postura en la oración? Me refiero a nuestra postura física. Por un lado, cuando era niño alguien

Descubre más desde Enviados

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

Nota Informativa:

Estimado lector:

El siguiente comunicado es para recordar que nuestro sitio web esta en proceso de actualización, por lo que solicitamos sus oraciones.

Esperamos concluir el proceso en Octubre 2020, por lo que en el transcurso puede experimentar inoportunos cambios en el formato.

Si necesita alguna asistencia, no dude en contactarnos.