30 Abr 2020

10 Cosas que la Pandemia Nos Ha Recordado

Por Dr. J. Alberto Paredes

¿Qué es lo que esta pandemia nos ha recordado, y cómo?

Este tiempo de cuarentena, nos ha permitido hacer una pausa de las vidas tan ajetreadas que regularmente acostumbrábamos llevar. A su vez, esto ha hecho que la iglesia, el pueblo de Dios, tenga la oportunidad de reflexionar sobre aquellas cosas que han aprendido durante esta temporada. Estas no son cosas nuevas. Como un libro que ya estaba en nuestra biblioteca, pero que estaba tan arrinconado que habíamos olvidado que estaba allí, estas son cosas que siempre han sido verdad, pero ahora nos han sido recordadas en medio de nuestra situación.

Estoy seguro que muchas cosas más se pueden agregar a esta lista, pero estas son las diez cosas que considero han impactado a más gente, diez cosas que esta pandemia nos recordó.

 

  1. Dios es Poderoso: (Sal. 147:4-6) El poder de Dios es algo que damos por hecho. La frase se encuentra en el uso cotidiano de los cristianos en todo el mundo. Sin embargo, a veces no podemos dimensionar aquello que con nuestra voz decimos con facilidad. Esta pandemia nos muestra el impresionante poder de nuestro Dios. Pudo haber sometido al mundo con estruendos y relámpagos, pudo haber utilizado todo su ejército de ángeles, y sin embargo decidió que fuera un virus. Fue un pequeño microorganismo, que ni siquiera es considerado vida, lo que el Señor utilizó para poner al mundo en pausa. Si esto es lo que nos pasa con el microorganismo más pequeño en las manos del Dios todopoderoso, no deseo ni imaginar lo que el Señor hará cuando deje caer completamente y sin restricciones su ira en el juicio final.
  2. Dios tiene el Control: (Sal. 93:1-2) Generalmente, cuando la Palabra de Dios llama nuestra atención al poder de Dios, lo hace por medio de dos acciones. La primera de estas acciones es la creación, la segunda, su providencia. La providencia de Dios es aquello que nos muestra a Dios como el gobernador de todo lo que existe. Esto es otro punto crucial que, en nuestro día a día tendemos a olvidar. Hacemos planes, pensamos a futuro, tenemos nuestra rutina (y todo esto esta bién). Y, sin embargo, a veces esto nos puede llevar a pensar que nosotros tenemos el control de nuestras vidas. Se nos olvida quien verdaderamente está en control. Esta pandemia interrumpió (me atreveré a decir) todos los planes del planeta. Fue una declaración contundente que nos recurda, Yo Soy, no ustedes, Yo Soy quien está en control.
  3. La Fragilidad del Ser Humano: (Job 14:1-2) La Palabra de Dios nos enseña que el hombre es la corona de la creación (Sal. 8) pues hemos sido creados a imagen y semjanza de Dios para dominar la tierra y sojuzgarla (Gen. 1:27-28). Pero el postmodernismo y el cientificismo quisieron ir más allá y hacer de la criatura, un dios. Lamentablemente, muchos creyeron esta mentira. Con la pandemia sobre nosotros, el Señor se ha encargado de recordarnos la fragilidad y lo efímero de la vida humana. Sólo uno es eterno, el Señor, y no el hombre.
  4. La Necesidad de estar Juntos: (Gen. 2:18: Fil. 2:4; Heb. 10:25) En medio de una sociedad obsesionada con el individuo, donde el yo es lo más importante, ‘mis deseos’, ‘mis planes’, ‘mis antojos’, y donde muchas veces las personas a nuestro al rededor terminan por ser nada más que un obstáculo para ‘cumplir nuestras metas y sueños’; más aún, en medio de un pueblo que se quejaba más de lo que nos gustaría admitir de tener que dedicar tiempo en su semana para Dios, Él respondió dándonos un poco de lo que, a gritos, pedíamos: un tiempo para nosotros mismos. Así como el pueblo se quejó en el desierto por el maná pidiedo codornices (Num. 11:18-20), Dios nos ha dado aquello que, quizá publicamente, quizá en lo secreto, muchos de nosotros deseábamos: soledad. ¿El resultado? Recordamos que Dios nos hizo seres sociales. Dios nos hizo para tener comunidad. Dios nos hizo para estar juntos y edificarnos unos a otros. Más importante aún, Dios nos hizo para tener comunidad con Él en medio de la asamblea de creyentes los domingos.
  5. El Ser Humano es Pecador: (Rom 3:10-12) Los que tienen la oportunidad de estar dentro de casa con otras personas, han podido experimentar las consecuencias del pecado en sus vidas. Y no sólo hablo de cómo otros pecan contra tí, sino cómo tu has pecado contra otros. Padres contra hijos, hijos contra padres, el esposo contra la esposa y viceversa. El pecado es una realidad en absolutamente todo ser humano en esta tierra. Y quienes defendían que el hombre era bueno por naturaleza, pero era la sociedad quien nos corrompía, han podido notar que el aislamiento de la sociedad no mejora nuestra conducta. Somos tan pecadores en cuarentena que fuera de ella.
  6. Nos Hace Falta Más Biblia: (De. 6:6-9; Prov. 2:1-5) Uno de mis profesores de seminario nos preguntó alguna vez: “¿De qué tamaño son sus Biblias?” La pregunta al principio nos pareció extraña, pues todas nuestras Biblias tenían los mismos 66 libros. Sin embargo el se refería a qué tanto conocíamos sobre lo que estos libros contenían, y qué tan atesorado estaba en nuestros corazones. La pregunta cobró sentido. Muchos allí teníamos una Biblia ‘muy pero muy delgada’. Nuestra teología se prueba cuando vienen tiempos difíciles. Y estos son tiempos difíciles. ¿A cuántos textos pudiste recurrir cuando te enteraste que no habría trabajo? ¿que la economía estaría peor? ¿que el encierro se prolongaría? ¿que un familiar se contagió? Definitivamente, la pandemia nos recordó que nos hace falta más Biblia.
  7. La Oración es Importante: (Sal. 116:1-2) Sin embargo, no todas son malas noticias. Una de las cosas más bellas que esta cuarentena nos ha recordado, es que necesitamos orar. He podido ver de primera mano cómo muchas personas se han levantado para orar. La oración no es un último recurso, sin embargo, la pandemia nos recordó un recurso que muchos habíamos olvidado. Dios escucha a su pueblo, pero ha mandado que la oración sea el medio por el cual su pueblo se comunica con Él.
  8. Dios es un Dios Justo: (Sal. 37:28) Ya hemos mencionado que el hombre es pecador (punto no. 5) sin embargo, esto tiene implicaciones. El Señor es justo, y es posible que para algunas personas, lo que está ocurriendo sea una muestra de la justicia de Dios. Definitivamente, para aquellos que han decidido rebelarse contra Él, los sufrimiento que la pandemia ha traído no son sino un muy pequeño recordatorio de lo que le espera al pecador que no se arrepiente. El Señor gobierna, pero gobierna con justicia. Al mismo tiempo, esto da paz a quienes hemos sido comprados por la sangre de Cristo, puesto que es Él quien ha pagado con su vida el castigo por nuestro pecado. En Cristo vemos tanto la justicia de Dios, como a Aquél que nos justifica (Rom. 3:26).
  9. Dios es un Dios Bueno: (Lam. 3:22-23) En el ajetreo de nuestra vida cotidiana, era costumbre dar por sentado nuestra comida, nuestro trabajo, nuestra libertad, nuestra salud, y aún nuestra vida. ¿Cuántas veces nos olvidamos de agradecer las bendiciones que Dios nos daba? Esta pandemia nos recuerda la bondad de Dios. Para algunos, esto significará ver hacia atrás y darse cuenta de todas aquellas bediciones que venían de su mano, y que no agradecimos. Para todos, aún hoy puede significar que nos detengamos a admirar cómo su mano nos sostiene día con día, y no nos ha abandonado.
  10. Hay Esperanza en Cristo: (Ap. 21) Esta pandemia ha sido descrita con muchas palabras, sin embargo, hay una que llama especialmente mi atención. Crisis. El mundo, dicen, está en crisis. Y muchos no ven cómo podamos salir. Si bien esto nos recuerda que vivimos en un mundo caído, la realidad es que nos apunta a algo más importante. El hecho de que la creación entera esté sufriendo y gimiendo como con dolores de parto (Rom. 8:22), es sólo parte de la imagen. La otra parte es que la cración está esperando (Rom. 8:21), está anhelando pacientemente un evento: la segunda venida de Cristo. Dios ha prometido restaurar la tierra, y a sus hijos en ella. Cristo hizo posible esta promesa, y Él mismo prometió regresar y secar toda lágrima de nuestros ojos. Él regresará a completar el establecimiento de su reino eterno. En realidad, la manera como ahora esperamos el fin de la pandemia para poder regresar a las iglesias y adorar juntos en comunidad, no es más que una pequeña sombra de cómo no sólo nosotros, sino que la creación entera espera ansiosa el momento de su renovación, donde juntos, Dios y su pueblo, con cielos y tierra nuevos, habitarán juntos, glorificando perfectamente a Dios, por toda la eternidad.

Amén.

Médico graduado de la Universidad Anáhuac Mayab. Director y Fundador de Enviados México. Maestro en Divinidad y Maestro en Estudios Teológicos, y por el Seminario Teológico Reformado de Charlotte, Carolina del Norte. Autor del libro “Santa Cena Virtual”. Ha publicado entradas en otros ministerios como Dios es Santo; y artículos oficiales en el Christian Research Institute. Pasión creciente por la Palabra, y pasión por Latinoamérica.

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